El jefe de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), y comandante del primer vuelo de Aerolíneas Argentinas que trajo insumos médicos de China, Pablo Biró, dijo que “ninguno de los doce pilotos" entre los cuatro comandantes y ocho copilotos que participaron del vuelo "había hecho nunca un viaje así, de un solo tramo de más de 16 horas, lo que da una magnitud de la envergadura de la operación”.
Biró explicó que “el viaje desde Buenos Aires a Auckland, por la ruta que debimos realizar por las características del avión y con viento en contra, nos demandó 16,32 horas. Algo que ninguno de los pilotos que estábamos en el avión había hecho nunca y varios tenemos muchos años en la profesión”.
“Es como dos vuelos a Miami sin parar y encima, después, cuando llegamos a Auckland, nos quedaban once horas más. Fue todo un esfuerzo, llegamos muy cansados, pero a la vez muy felices. Esto no lo hacemos ni por los viáticos ni por los extras, lo hacemos porque si con este esfuerzo logramos salvar una vida, ya habrá sido suficiente paga”, señaló el piloto y gremialsita.
Biró detalló que “ninguno de los que viajamos nos planteamos una cuestión laboral, sino una de servicio, porque sabemos que lo que transportamos vale vidas humanas y eso es lo que nos motiva y es lo que hace que cada vez haya más voluntarios, no solo entre los pilotos, sino entre los mecánicos, los despachantes, todos”.
Sobre el viaje en sí, explicó: “Dividimos los tramos e íbamos volando el avión por turnos, así los que no estaban al mando podían descansar” pero reconoció que él fue “el que menos durmió, porque me la pasé en la cabina la mayor parte del viaje".
"Dormí muy poco, estaba muy pendiente de las comunicaciones con la empresa, de los detalles, había muchas cosas que no sabíamos cómo se iban a dar y eso me tenía alerta todo el tiempo”, contó.
“Ahora que ya lo hicimos, sabemos que se puede, que hay muchas cosas que se pueden mejorar y corregir, pero que es posible, que el avión lo cumple a la perfección y eso no sólo nos da tranquilidad, sino que nos permite planificar los próximos vuelos de una mejor manera”, indicó.
En cuanto a la convivencia, comentó que “todos estábamos consustanciados con el objetivo, así que no podía ser de otra manera que sin ningún tipo de problemas. Nos dividimos los baños por sectores y grupos y cada grupo se hacía cargo de la limpieza de lo suyo y los baños estaban impecables”.
Respecto a la alimentación del grupo, puntualizó que “la empresa nos proveyó de todo lo necesario. Teníamos comidas calientes frías, bebidas, sobre todo agua, porque es necesaria una gran hidratación para todo el trayecto. Son tres días sin poder bajar del avión y eso es algo complicado”.
“Contábamos con elementos de higiene, porque ya que no teníamos duchas en el avión, la empresa nos dio unas toallitas húmedas y secas con las cuales nos higienizábamos cada tanto, para estar bien. Por lo demás, la mayor parte del tiempo estábamos o descansando o trabajando. No parece, pero hay mucho para analizar y preparar”, apuntó Biró.
Además, destacó que “los técnicos que nos acompañaron son unos fenómenos, el personal de Aerolíneas está muy preparado, es muy profesional y pudieron solucionar rápidamente los problemas que se presentaron”.
“Hay un gran sentido de pertenencia del personal de la compañía, una gran identificación con la bandera argentina y eso hace que cada uno haga lo suyo dando lo mejor de sí. Aerolíneas no es una mera compañía, es una parte de nosotros mismos”, concluyó.
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