Cambiemos firmó un convenio para eliminar controles y límites que terminarán favoreciendo a las aerolíneas de EE.UU.
El Gobierno firmó, a seis meses de terminar su mandato, un protocolo de cielos abiertos con los Estados Unidos. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y su par estadounidense, Elaine Chao, rubricaron un acuerdo que permite ampliar rutas y frecuencias aéreas entre ambos países en forma ilimitada.
Obviamente el acuerdo favorece por potencialidad de mercado las chances a American Airlines de inundar los aeropuertos argentinos con sus aviones. Actualmente tiene un tope de 112 frecuencias semanales, que rige desde el año 2000, luego de que se diera marcha atrás con la apertura de los cielos del menemismo.
El protocolo establece también la posibilidad de que empresas de ambos países puedan hacer vuelos de códigos compartidos, a través de los cuales la aerolínea estadounidense utilizará el territorio argentino como un HUB de conexión a otras partes del mundo, solapando las rutas y frecuencias que hoy ofrece Aerolíneas Argentinas y Austral.
También se habilita a utilizar o traer sus propios sistemas de rampas, lo que perjudica a la local Intercargo, que es la que ofrece el servicio. La decisión debe contar con ratificación parlamentaria, pero el acuerdo contempla que entre en vigencia desde ahora hasta que lo trate el Congreso.
Rechazos
Mientras que desde ambos Gobiernos se celebra este pacto sellado a pocos meses de las elecciones presidenciales argentinas, son varias las voces que cuestionan las modificaciones alcanzadas. En efecto, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF, por sus siglas en inglés), con sede en Londres, ya rechazó el acuerdo porque "no hay disposiciones laborales ni protecciones para los trabajadores en ninguno de los dos países", señala.
En sintonía, el secretario general de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA) del país sudamericano, Edgardo Llano, sostuvo: "Nos oponemos a este acuerdo negociado en secreto durante un año sin ninguna consulta a los sindicatos en ninguno de los países. Esto muestra claramente que no hay intención de beneficiar a los trabajadores".
Así, desde el gremialismo se considera que el pacto le da grandes libertades a las corporaciones y restringe la capacidad de los Estados para proteger a los empleados. "Apoyaremos a nuestros sindicatos en EE.UU. y Argentina para luchar contra este injusto acuerdo. Hacemos un llamado a los parlamentarios en ambos países para oponerse y revertirlo", concluyó Stephen Cotton, secretario general de ITF.
La exsecretaria general del sindicato de Aeronavegantes, Alicia Castro, también repudió el nuevo protocolo en redes sociales: "Despues de fracasar con su “revolución de los aviones” Avianca, Flybondi y otros negocios de amigos, @Guillodietrich firma acuerdo de Cielos Abiertos para ceder nuestras rutas a Estados Unidos. Insiste en destruir Aerolineas Argentinas y el trabajo de los y las argentinos/ as", manifestó en su cuenta de Twitter.
"Significa eliminación de mano de obra"
La coordinadora sindical de ITF en Latam, Dina Feller, resume los principales puntos del acuerdo que desataron la polémica: "Es un escenario nunca antes visto en Argentina. Se anuncia la liberación absoluta de rutas, matrículas y aeronaves", le dijo a este medio.
Por lo general, cuando el avión de una compañía arriba a un país, se produce un cambio de matricula y tripulación. Es decir, si parte de Washington a Buenos Aires, y luego vuelve, debería regresar a EE.UU. con un matriculado argentino y también con trabajadores del Cono Sur.
Con el reciente convenio, esto se termina. Ahora, los aviones podrán retornar con matriculado estadounidense disponiendo de sus propios tripulantes, y ya no será necesario que las aerolíneas recurran a los profesionales argentinos: "Eso significa eliminación de mano de obra", subraya.
Asimismo, pregunta: "Es un acuerdo aparentemente entre iguales, pero no se puede comparar la flota estadounidense con la argentina. ¿Cómo va a ser esa reciprocidad?".
Otro punto clave del pacto es el traslado de aeronaves, junto a los servicios de carga y descarga en las bodegas. Actualmente, esa actividad está cubierta por la firma estatal Intercargo, pero "ahora podrán entrar otros operadores en el servicio". Para cerrar, Feller plantea: "Considerando la seguridad, ¿quién los va a controlar?".
Resta por ver cómo se desarrolla el cumplimiento del protocolo en medio de un año electoral, y si ello afecta las fuentes de trabajo.
Fuentes: Actualidad.rt/Portaldenoticias
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