miércoles, 9 de junio de 2010

Así, comenzó el terrorismo de Estado.

Hoy se cumplen 54 años del levantamiento revolucionario de militares y civiles liderados por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco y el teniente coronel Oscar Lorenzo Cogorno.


Fecha que merece ser recordada como una de las referencias más fuertes de los ideales del pueblo argentino por tener una Patria Justa, Libre y Soberana.

La matanza en los basurales de José León Suárez y los fusilamientos como represalia que le costó la vida a 32 héroes revolucionarios (14 Civiles y 18 Militares) es un hito de la valentía y determinación de los argentinos cuando las dictaduras contra el pueblo y la nación ahogan nuestro corazón y quieren esclavizar nuestro espíritu y nuestros ideales de justicia social y soberanía.


Carta del General Valle a Pedro Eugenio Aramburu: "Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado. Debo a mi Patria la declaración fidedigna de los acontecimientos. Declaro que un grupo de marinos y militares, movidos por ustedes mismos, son los únicos responsables de lo acaecido. Para liquidar opositores les pareció digno inducirnos al levantamiento y sacrificarnos luego fríamente…
Con fusilarme a mi bastaba. Pero no, han querido ustedes escarmentar al pueblo, cobrarse la impopularidad confesada por el mismo Rojas, vengarse… de aquí esta inconcebible y monstruosa ola de asesinatos…
Entre mi suerte y la de ustedes me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija a través de sus lágrimas verán en mí un idealista sacrificado por la causa del pueblo..
Conservo toda mi serenidad ante la muerte. Nuestro fracaso material es un gran triunfo moral. Nuestro levantamiento es una expresión más de la indignación incontenible de la inmensa mayoría del pueblo argentino esclavizado… Sólo buscábamos la justicia y la libertad del 95% de los argentinos, amordazados, sin prensa, sin partido político, sin garantías constitucionales, sin derecho obrero, sin nada…
Como cristiano me presento ante Dios que murió ajusticiado, perdonando a mis asesinos, y como argentino derramo mi sangre por la causa del pueblo humilde, por la justicia y la libertad de todos no sólo de minorías privilegiadas. Espero que el pueblo conocerá un día esta carta y la proclama revolucionaria en las que quedan nuestros ideales en forma intergiversable…
¡Viva la Patria!"

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