viernes, 4 de enero de 2019

Los alimentos se fueron a las nubes: la batata aumentó 244%; el zapallo, 118%; los fideos, 107%; los huevos, 118%; la harina, 186%; el tomate 87%; el pan, 81%

Los alimentos aumentaron un 64% en 2018.

El aumento promedio de los precios en diciembre fue del 4,3%, lo que establece un piso alto para la inflación del último mes de 2018 y un consolidado proyectado para los alimentos del 64%.

Así se desprende de un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), donde se calcula que el incremento en la categoría alimentos es superior en 15 puntos a la inflación esperada para 2018.

En el detalle por productos, se registraron en diciembre subas considerables en huevos (+17,8%), yerba mate (+6,3%), hamburguesas congeladas (+6,0%), fideos secos (+5,2%), salchichas (+5,0%), dulce de leche (+4,8%) y harina (+4,4%).

Los bienes que más han aumentado desde diciembre de 2017 son batata (244%), harina de trigo común triple cero (186%), el zapallo de anco (118%), los huevos (118%), fideos secos (107%), hamburguesas congeladas (97%), el algodón (96%), polvo para flan (93%), tomate redondo (87%), cebolla (82%), pan francés tipo flauta (81%), aceite de girasol (80%), detergente líquido (79%), arroz blanco simple (77%), yerba mate (76%), papa (76%).

La lista continúa con yogur firme (72%), arvejas secas remojadas (68%), cerveza de litro (67%), lavandina (66%), desodorante personal (66%), agua sin gas (65%), sal fina (64%), manzana deliciosa (64%), pañales descartables (62%), pollo entero (62%), jabón en polvo para ropa (61%), salchicha de seis (61%), jabón en pan, shampoo (58%), jabón de tocador (55%) y café molido (54%).

Finalmente, entre los 41 productos relevados que han aumentado por encima de la inflación de 2018 se encuentran la banana (54%), filete de merluza fresco (54%), leche en polvo entera (53%), dulce de leche (53%), manteca (52%), carne picada común (48%), paleta (48%) y salame (48%).

Estos aumentos traslucen un proceso asimétrico que se separan de la inflación promedio general: por caso, el rubro “leches, lácteos y huevos” del IPC aumentó 2,6 puntos más que el promedio en 2018 (12,8 puntos más en dos años), el rubro “café, té, yerba y cacao” subió 13,2 puntos más en 2018 (16,7 más en dos años), “aceites, gracias y manteca” trepó 15,3 puntos más en 2018 (13 más en dos años) y “pan y cereales” creció 15,5 puntos más en el año (15,8 más en dos años).

“La liberación financiera, la devaluación, la quita de retenciones del comienzo de gestión y la posibilidad de que los exportadores no liquiden sus divisas son un conjunto de políticas muy emparentadas con las fuertes subas que se registran en rubros sensibles como alimentos”, analiza el informe.

Y apunta que “el modelo económico actual ha priorizado la acumulación del lado de los exportadores, que ven una ganancia mucho mayor en las ventas externas, elevando así el precio para el mercado interno”. “Esta virtual dolarización de la comida, choca con un salario en dólares que ha caído estrepitosamente en tres años”, remarca el estudio universitario.

Por otra parte, en el canal mayorista el índice general se incrementó 11,2 puntos más que los insumos agrícolas.

“Una de las particularidades de esta mega devaluación tiene que ver con su incompleto traslado a precios. Dada la imposibilidad de la demanda interna de hacer frente a aumentos de precios tan desacoplados de las variaciones salariales, aún se verifica un efecto latente de ‘inflación reprimida’ en la economía”, evalúa el documento.

La contracara de este proceso es la rotunda caída del poder adquisitivo de los salarios: en el último año el salario mínimo cayó 10,2%; la Asignación Universal por Hijo disminuyó 6,6% y las jubilaciones medias perdieron 1,6%, en términos de capacidad de compra.

“Entre los precios que más suben, se encuentran los bienes primarios propios del consumo alimentario básico. Se trata de bienes de baja elasticidad, que típicamente no pueden ser sustituidos por otros o postergados en su consumo ante aumentos de precios. Los bienes alimentarios básicos componen una proporción mayor del consumo de las familias que conforman los segmentos socioeconómicos más bajos. Por lo tanto, subas descomedidas en estos productos tienen impacto directo en los indicadores de pobreza y de indigencia” advierte el informe de UNDAV.

Y concluye: “Si la inflación no baja, el panorama es muy desalentador para lo que viene. El programa del Gobierno ha sido elevar las tasas de interés a niveles astronómicos para contener el dólar, inducir recesión y frenar la inflación, en la medida de lo posible. Pero esto viene dando malos resultados, y los agentes económicos lo perciben como algo gastado. Los empresarios pymes y organizaciones como la CAME, la UIA, etc., alertan por lo difícil de la situación, y cada vez son más fuertes las voces que responsabilizan al gobierno”.

Fuente: DiarioPulse

No hay comentarios:

Publicar un comentario