El empuje de parte de la demanda proviene por un lado desde el consumo de bienes básicos, a partir de medidas que favorecieron a los sectores que mayor porción de su ingreso destinan al consumo, como sucedió con la Asignación Universal por Hijo y la recomposición de los haberes jubilatorios, sumado al avance del nivel de empleo.
Además, la venta de bienes durables con atractivos planes de financiamiento que son tomados gracias a los aumentos salariales que en términos reales lograron los trabajadores registrados.
La inversión, por el lado de las empresas, viene siendo el componente más dinámico de la demanda, un comportamiento que en parte se advierte en la fuerte suba en las importaciones, que en julio subieron un 43 por ciento. Las exportaciones agropecuarias e industriales, en tanto, subieron 22 por ciento.
La actividad económica registró en julio un crecimiento del 8,1 por ciento respecto del mismo mes del año pasado y acumula un alza de 9,2 en lo que va del año.
Este desempeño se explica por la venta de servicios, la producción industrial y la construcción, y se canalizó vía consumo privado y público y por la inversión, además del crecimiento de las exportaciones.
El crecimiento es de tal magnitud que la producción en varios sectores está superando los valores de 2008.
En términos de tasa de crecimiento, la Argentina está posicionada entre los países líderes. Mientras que la actividad local subió en julio 8,1 y acumula un 9,2 por ciento, China avanzó en el segundo trimestre 10,3, India lo hizo en 8,8 y México en el mismo período, 7 por ciento. En la región, Brasil creció en julio 7,9 por ciento, Chile 7,1 y Perú, 9 por ciento.
A nivel local, el promedio de la actividad manufacturera registró en julio una suba anual de 7,9 por ciento, sobresaliendo la producción de automóviles, que creció 24,1. En segundo lugar quedaron las metálicas básicas, a partir de la producción de acero crudo. Por su parte, el bloque textil avanzó 15,8 por ciento, en especial la producción de hilados y tejidos. En cambio, la industria alimentaria no se acopló a la tendencia, ya que mostró una baja de 0,4 por ciento, resultado que se explica por la fuerte baja en la producción de carnes rojas (-31,6 por ciento).
Por el lado de los servicios –que representan cerca del 65 por ciento del PIB–, el índice de consumo que mide el Indec creció 12,7 por ciento en la comparación anual. Las mayores subas fueron para transporte de cargas, telefonía, transporte de pasajeros y peajes, todos por encima del crecimiento promedio de la economía. En tanto, el sector de la construcción avanzó de manera anual 7,2 por ciento, ya estando en los niveles de 2008.
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