La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó el acto popular en la Plaza de Mayo, al cumplirse diez años de la gestión iniciada por Néstor Kirchner.
Rodeada por todo su equipo de gobierno y dirigentes de organizaciones sociales, la Presidenta habló como cierre de una serie de festejos en la Plaza de Mayo y afirmó que “esta es una década ganada pero no por un gobierno, sino que fue ganada por el pueblo”.
“Quiero convocar a todos los argentinos a que a esta gesta, a esta década ganada, le siga otra década más, en la que los argentinos sigan ganando”, afirmó, porque “yo no soy eterna, lo dije muchas veces, ni tampoco lo quiero ser, y es necesario empoderar al pueblo, a la sociedad, de estas reformas y de estas conquistas para que ya nunca nadie más pueda arrebatárselas”.
Confesó Cristina Kirchner que “mi desvelo, mi obsesión, es que esta sociedad, que los 40 millones de argentinos se organicen en forma solidaria” para “cuidar estas conquistas” porque “si no se organizan, si no participan, si no cuidan ustedes mismos lo que es de ustedes, van a venir otra vez por todos ustedes, como lo han hecho a lo largo de toda la historia”.
“Tenemos los argentinos el deber de no depender de una persona”, advirtió, para sostener que “tenemos el deber y sobre todo la necesidad de empoderarnos nosotros mismos de esas conquistas y esos derechos y de organizarnos para defender ese sueño”.
Afirmó que “a los insultos, los agravios, la descalificación y la difamación permanente, inclusive con los que ya no están” le “seguiremos contestando con gestión, con acción, con trabajo, con sacrificio y con esfuerzo, con militancia y participación”.
Alertó que quienes se oponen a las conquistas alcanzadas “en realidad quieren dividir, como siempre lo hicieron, a los argentinos, quieren instaurar climas de división , de insulto, de agravio, de odio permanente, pero conmigo no van a poder”.
Dijo que “necesitamos imperiosamente ser más inteligentes, porque el odio nubla las mentes, no nos deja pensar, y nosotros queremos pensar, no solamente en lo que estamos haciendo, sino en todo lo que nos falta por hacer”.
“Esta Plaza –subrayó- no es de ayer ni de hoy, es del futuro, del porvenir, es una plaza y una patria preñada de esperanzas, de sueños e ilusiones”.
“Ayudémonos entre todos a sostener a la Argentina, porque esto es bueno para todos”, pidió.
Cuando subió al escenario la Presidenta, el Chango Spasiuk y la Bomba de Tiempo interpretaron el Himno Nacional que concluyó con un estruendo de fuegos artificiales detrás de la Casa Rosada.
En su alocución, la Primera Mandataria recordó que “hace exactamente 10 años que mi compañero de vida y de militancia, qué paradoja, el presidente menos votado de todos los procesos democráticos y sin proscripciones, el que menos votos había obtenido, vino a encabezar el proceso de transformación y cambio más importante de las últimas décadas”.
Tras hacer un repaso de la gesta de Mayo, afirmó que luego “vinieron siglos de desencuentros, de avances y retrocesos” hasta que “el peronismo vino a cambiar definitivamente la historia del país”.
Recordó que tanto Juan Domingo Perón como Eva Perón fueron “denostados” pero afirmó que “es fácil entender por qué, así como primero Néstor como presidente y yo después como presidenta tal vez fuimos después de Perón y Evita las personas más difamadas, atacadas, ultrajadas y descalificadas de toda nuestra historia”.
“Pero no me quejo –aseguró- porque sabemos que afectamos intereses, cuando defendemos a los sectores más vulnerables”.
“En esta década ganada , mal les pese a algunos, es una década ganada por el pueblo, no por un gobierno, sino ganada por el pueblo”, advirtió.
Precisó que con los logros sociales, como la asignación familiar por hijo, la reinstauración de las convenciones colectivas de trabajo, la creación de escuelas y universidades y la conexión a internet del 50 por ciento de la población, también se consiguió que los sectores empresariales obtuvieran rentabilidad, porque “hemos logrado articular esto y este es el mejor homenaje que podemos hacer a los hombres y mujeres que liberaron el pueblo hace 203 años”.
Sin embargo indicó que “todavía estamos peleando ya no por la libertad, sino por la igualdad, que es el gran signo de esta década y las que vendrán”.
Evocó que “cada ciclo de gobiernos populares han tenido ataques feroces” de los sectores que rechazaban que el pueblo tuviera “herramientas” para lograr y defender sus conquistas.
Señaló que si bien se alcanzaron importantes logros en materia de derechos humanos “como argentina, siento con estas mujeres”, por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, “una inmensa deuda” pues “ los argentinos todos todavía tenemos una inmensa deuda, porque es cierto que están siendo juzgados” los genocidas, y están en prisión y continúan los procesos judiciales, “pero todavía no hemos podido encontrar ni a sus hijos ni a sus nietos, y esta es una deuda que todavía no ha sido saldada por el conjunto de la sociedad ni por los gobiernos”.
Afirmó Cristina que “yo quiero la unidad de todos los argentinos, pero una unidad con memoria, con verdad, con justicia, porque sin eso no hay unidad posible, y la necesitamos en este proceso de transformación económica y de inclusión social y de grandes reformas políticas”.
“Estos años felices –subrayó- estas medidas que trajeron felicidad al pueblo, no fueron medidas fáciles para el gobierno, porque con cada medida, por cada decisión, hubo un ataque”.
“No son fáciles las presiones, y también me pregunto cuando alguno habla de fin de ciclo, será que piensan que los dineros de los trabajadores que hoy están en el ANSES vuelvan para comprar acciones como algún diario vendió sus acciones a no sé cuántos pesos y que hoy no valen nada, tal vez por eso hablan de fin de ciclo”, señaló.
Insistió en que “tenemos que organizar a la sociedad para cuidar estas conquistas: mirar es cuidar”.
Recordó a los combatientes en la guerra de las Malvinas y a los caídos, al afirmar que es “inclaudicable” el reclamo de recuperación de la soberanía sobre el archipiélago.
“Sólo les pido –afirmó más adelante- no en nombre mío ni de los que estamos acá, sino en nombre de los que se fueron, de sus propios hijos que sepamos disentir con respeto, sin ofensas, sin descalificaciones, sin agravios, sin injurias, que le demos a nuestros hijos una patria mejor”.
Destacó que “tenemos la inmensa suerte de una democracia participativa, de una libertad de expresión sin precedentes, también tengo derecho a decirlo, somos un gobierno que también se ha hecho cargo del costo político que muchas veces significa no reprimir a un solo argentino porque corta una calle, o piensa distinto; sabemos que no es justo que otro argentino llegue tarde a sus obligaciones, sabemos que tienen razón en enojarse, pero les pido perdón a cada uno de esos argentinos que se enojan y dicen que así no se puede vivir, porque o voy a ser una presidenta que le dé palos a nadie”.
Agregó que “no les pido que estén de acuerdo con lo que pienso, no les pido que estén de acuerdo con nuestra política, sólo les pido que tengan memoria , que sean inteligentes y que piensen en la patria, porque todos somos la patria, los 40 millones de argentinos”.
Resaltó además el logro de ver, como ocurrió en La Plata en las últimas inundaciones, cómo dirigentes juveniles trabajaban codo a codo con miembros de las fuerzas armadas, y dijo estar “segura de que quienes pergeñaron ese golpe terrible del 24 de marzo de 1976 quisieron un río de sangre que separara al pueblo de las Fuerzas Armadas, pero tenemos que cerrar ese río con memoria, con verdad, con justicia, con trabajo y con convicciones de que tenemos que unirnos porque la patria es el otro”.
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