Se trata de dos actividades opuestas por el vértice de la ética y de la legislación.
Maximiliano Fratino es miembro del Ministerio de Justicia y Seguridad del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de Mauricio Macri (PRO) y, al mismo tiempo, relacionista público del boliche Beara, cuyo entrepiso se desmoronó y causó la mujerte de dos jóvenes.
El RR.PP. de Beara, según los propios contratos secuestrados por la Justicia, se encargó de co-organizar el evento musical del 10 de septiembre que terminó con el derrumbe de un entrepiso.
La investigación que lleva adelante el fiscal en lo criminal Andrés Madrea comienza a desnudar la estructura de corrupción que existe en el sistema de habilitaciones de boliches y salones de fiesta de la Ciudad de Buenos Aires.
En el expediente judicial que se tramita por la tragedia del boliche Beara que le costó la vida a dos jóvenes mujeres, consta que el RR.PP. o relacionista público de Beara, Maximiliano Fratino, es funcionario del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño.
Se trata de dos actividades opuestas por el vértice de la ética y de la legislación.
En la causa también figuran los aportes de Fratino al Anses, realizados por la gestión PRO. El último es del mes de agosto.
El RR.PP. de Beara, según los propios contratos secuestrados por la Justicia, se encargó de co-organizar el evento musical del 10 de septiembre que terminó con el derrumbe de un entrepiso.
Fratino fue quien contrató al grupo Ráfaga.
La investigación aún busca determinar si fue él quien efectivamente pagó 4.500 pesos a los músicos e invitó a buena parte de las 150 personas que concurrieron gratis al evento.
Fratino tiene pedido de indagatoria y, al igual que el resto de los imputados, no puede salir del país.
Sobre el entrepiso que se desmoronó, se está en condiciones de anticipar que el peritaje hecho por los bomberos de la Policía Federal fue lapidario: “No resiste más de una persona”, es la conclusión que se consigna en el acta.
Un funcionario judicial graficó a este cronista que el entrepiso en Beara se sostenía como con la misma fuerza que puede tener el capuchón de una birome.
La pesquisa trata de desentrañar todavía quién fue el constructor del entrepiso aunque sí se conoce que el certificado presentado por un arquitecto es apócrifo.
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