Solo se necesitó de un enardecido pasajero para que se desencadenase el malestar general.
El viajero en cuestión, comenzó a golpear la chapa de la escalera mecánica al grito de "Macri delincuente! - Macri delincuente!" y el acompañamiento del resto del pasaje no se hizo esperar.
Los pasajeros, histéricos, abandonaron el subte, los bebes lloraban en brazos de sus madres y la escena era dantesca.

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