El gobierno de Macri asume fuertes pasivos financieros para
satisfacer, básicamente, gasto corriente. A principios de año sumaba $ 4104,7
millones; a fines de septiembre ya era de $ 6011 millones, y el 31 de diciembre
podría alcanzar los casi $ 9000 millones.
La suba del endeudamiento ya es un detalle clásico de la gestión macrista en
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). La deuda porteña creció un 42% en los
primeros nueve meses del año al pasar de $ 4104,7 millones a $ 6011,1 millones,
cifra que el 31 de diciembre podría llegar a casi $ 9000 millones, si finalmente
se lleva adelante la colocación de U$S 566 millones que tiene autorizados el
gobierno que dirige Mauricio Macri.
Los datos, que se desprenden de la última información contable que publicó el
Ministerio de Hacienda porteño en su web (ver
www.buenosaires.gov.ar/areas/hacienda), demuestran, además, que el stock de
deuda se triplicó desde 2007. Cuando Macri dejó el traje de empresario mediático
y xeneize y empezó a desenvolverse en el ansiado puesto de jefe de gobierno de
la CABA, los porteños debían $ 1807 millones. Desde entonces, el número no paró
de crecer trimestre a trimestre para entregar fondos a la Ciudad con destinos
muchas veces innecesarios.
De esa línea se desprende otro dato fundamental a la hora de analizar la
deuda que se tomó en los últimos años. Para qué se usan los fondos indica el
carácter con el que una administración económica maneja sus prioridades.
El nivel de inversión de los últimos años sobre el total del gasto estatal es
del 15% promedio, base a partir de la cual se desprende que de cada $ 100 que
entraron por toma de deuda a las arcas del Estado porteño, $ 15 fueron
estrictamente a inversión y $ 85 a gasto corriente, un manejo de deuda típico de
la época dominada por el pensamiento neoliberal. “Cada caso es particular, pero
en muchas ocasiones se puede observar que terminan aplicando deuda directamente
al gasto corriente u obras muy menores”, señalaron fuentes de la Auditoría
General de la Ciudad de Buenos Aires.
El ejemplo más presente es lo que
ocurrió con los subtes. En 2010 se tomaron $ 1200 millones al 12,5% anual en
dólares, una tasa muy alta, y en la actualidad todavía un tercio de esos fondos
no se utilizó. A fines de 2011 se habían volcado $ 800 millones y en lo que va
del año solo se soltaron otros $ 88 millones, mientras que el resto descansa en
un plazo fijo en pesos que paga una tasa de interés por debajo de la que rinde
el bono en dólares para los acreedores.
Además, el gran aumento que sufrió el
stock en los tres trimestres no es la última parada en el recorrido de 2012.
Según se pudo averiguar, el gobierno PRO tiene la posibilidad de
colocar otros U$S 250 millones para las obras de infraestructura en el arroyo
Vega; U$S 216 millones para nuevos vagones para el subterráneo y unos U$S 100
millones extra, lo que al cambio actual llegaría $ 2816 millones que se sumarían
a los $ 6011,1 millones que se cuentan al 30 de septiembre.
Los vencimientos
pactados por el macrismo son muy fuertes en 2015 ($ 2349 millones) y 2017 ($
2154,7 millones), dos años electorales. De esta forma, el camino para enfrentar
las obligaciones tendrá una presión hacia una nueva emisión de deuda para volver
a patear la carga financiera y volcar más fondos para realizar obras, estrategia
que influye en los procesos electorales y que muestra una cotidianeidad en los
últimos años de votación en la Ciudad Autónoma. En cambio, en 2013, 2014 y 2016
los vencimientos de deuda son menores, $ 169,1 millones, $ 175,6 millones y $
166,8 millones, respectivamente.
Fuente: Infonews
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