El diputado nacional, conducción nacional de La Cámpora y referente del kirchnerismo porteño, Juan Cabandié, habló en un emotivo acto realizado en la puerta del Club Colegiales en el que se puso una baldosa en homenaje a sus padres, Alicia Alfonsín y Damián Cabandié, al cumplirse 40 años de su desaparición. Alicia y Damián fueron militantes populares detenidos desaparecidos por la última dictadura cívico militar el 23 de noviembre de 1977.
“Hace unos años hicimos un homenaje en la calle Solís, que fue donde secuestraron a mi mamá, pero la verdad es que a toda la familia nos representa este lugar porque es donde se conocieron, es el barrio donde formaron su historia de amor, donde decidieron tener un hijo, donde apostaron a las ideas, a las convicciones. Y es el lugar donde fueron felices”, dijo un emocionado Cabandié antes cientos de personas que se acercaron a la puerta del club para acompañar el homenaje.
“Estamos en un momento donde se promueve el olvido y el negacionismos, por eso creo que además de hacer una acto emotivo para la familia y para los que tienen un compromiso, este tipo de actos son una semilla para construir una sociedad que no olvide y que no odie, pero que también rechace la violencia institucional, como hemos visto en estos días con el asesinato de un joven en una protesta en Río Negro; y rechace que el Estado no dé respuesta frente a una desaparición, como en el caso de Santiago Maldonado”, dijo Cabandié, en otro tramo de su discurso.
En ese sentido, señaló que “hoy desde ámbitos oficiales se genera odio hacia los que pensamos diferente, y eso es muy preocupante. No hay comunidad si lo que abunda es el odio. Yo no odio, no odio a los que desaparecieron a mis padres, no odio a los que me robaron 25 años de mi vida. Y eso es algo que compartimos con mi familia y con las Abuelas. Lo único que fuimos pidiendo fue justicia, por la que esperamos pacientemente".
En el cierre del acto se vivió el momento más emotivo en el que Cabandié se refirió a su mamá y a la situación tremenda de su cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada: “Yo muchas veces traté de pensar qué sentiría mi mamá estando en la ESMA sobre cuál iba a ser mi destino, porque ya se daban cuenta las embarazadas que esa carta que tenía que entregar a un supuesto familiar para que a los bebés nos entreguen con la familia, era verso. Muchas veces pensé qué hubiera sentido mi mamá en ese momento, y seguramente las mayores angustias de ella eran qué iba a pasar conmigo, si iba a estar bien, la angustia que puede sentir cualquier madre que piensa un segundo que la van a separar de su hijo. Y quiero decir que yo pude estar en un contexto muy duro pero en el que también hubo elementos que me fueron constituyendo, las amistades en ese tiempo, una iglesia a la que yo iba que me contuvo mucho, la escuela, y sobre todo mi hermana Vanina. Todo eso me permitió estar entero. Y bueno, después vinieron Néstor y Cristina, y obviamente el reencuentro con mi familia. Así que ante esa preocupación de mis viejos, yo tengo esa satisfacción de que ellos pueden descansar en paz, porque estamos bien”, cerró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario