El pasado viernes, el portal del diario El Mundo de España publicó que "la dirección del Metro de Madrid confirmó la existencia de amianto en dos de los modelos de tren que circulan por la red, concretamente por las líneas 1, 6 y 9". "El alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, quiso asegurarse que había hecho una buena compra. Se acercó a las cocheras de Metro de Madrid e inspeccionó, como si fuera un entendido en la materia, los bajos de un vagón que estaba encaramado sobre un inmenso camión. En unos 40 días -travesía marítima incluida- tendrá ese convoy, junto a otros 23, en la ciudad argentina. Metro de Madrid se frota las manos con los 4,2 millones de euros que ha sacado por la venta de unos vagones carne de chatarrería tras 32 años de traqueteo", informaba El País de España el 26 de septiembre de 2011 dando cuenta de la pésima adquisición que acababa de llevar adelante el Gobierno de Mauricio Macri.
Los trenes CAF serie 5000, que fueron comprados por el Gobierno de la Ciudad en 2013 para ser usados en la línea B del subte, tienen presencia de material cancerígeno. Así lo reconoció públicamente el Metro de Madrid, en relación a los coches más antiguos que circulan en la red de la capital española.
Concretamente, se detectó la presencia de amianto o asbesto en componentes de los trenes. Según contó el portal Enelsubte.com a partir de diarios españoles, la empresa reconoció como un accidente laboral el hecho de que un empleado de Metro de Madrid enfermara de un tipo de cáncer conocido como Asbestosis, provocado por la exposición prolongada a ese tipo de material.
Desde la compañía madrileña explicaron que el asbesto está presente en la cobertura de “un pequeño componente eléctrico” y que “no hay riesgo en ningún caso para las viajeros”. Sí, en cambio, para los trabajadores de mantenimiento. No obstante, la empresa asegura que los empleados “que tienen que acceder a este componente reciben la formación necesaria para evitar el peligro”.
Debido a sus características cancerígenas, el amianto se encuentra prohibido tanto en España como en la Argentina desde 2001. En la línea B funcionan seis trenes (36 coches) CAF 5000. Las formaciones tienen un historial de fallas y baja fiabilidad, que se tradujo en numerosas interrupciones de servicio desde que entraron en funcionamiento en la línea B.
Los CAF 5000 habían sido apartados por problemas de frenos, pero fueron reparados y volvieron paulatinamente a servicio el año pasado, pese a su alta tasa de fallas y para paliar la crisis de material rodante que sufre la línea ante el deterioro de los Mitsubishi y los problemas para sumar a los CAF 6000, según explicó el portal especializado Enelsubte.com.
Fuentes: 24con/NuevaCiudad
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