Por los continuos despidos y la suba de precios, las playas se encuentran vacías.
La suba de los precios le quita poder adquisitivo a los salarios de los trabajadores, por lo que muchísimas menos familias pudieron vacacionar este verano en la Costa Atlántica.
Además, las cesantías del Estado Nacional y de empresas privadas eliminó miles de fuente de ingreso de personas que tampoco pueden viajar a la playa.
Ante esto, se encuentran semi desérticos los balnearios que acostumbraron a verse más concurridos.
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