Cristina reglamentó la ley contra la violencia hacia la mujer

"La violencia contra la mujer puede existir incluso en los lugares más encumbrados y aunque una no dependa de nadie. Recuerden si alguna vez se dijo contra los anteriores presidentes las cosas que sobre mí se dicen. Ocurre que ésta mujer hace cosas que pone nerviosos a muchos y muchas, y no me voy a ser la desentendida. Si hiciera lo que dice el establishment, seguramente sería una intelectual fantástica y una chica que habla bárbaro"


La ley

El texto fue consensuado a través de un largo proceso de consultas con especialistas de la Justicia, las ONG que trabajan en la temática, académicas y expertos involucrados con la problemática de la violencia de género. Se trabajó en tres comisiones, que se detallan a continuación:

- Una Comisión Interinstitucional, constituida por representantes de los distintos Ministerios y Secretarías de la Nación con responsabilidades asignadas por la Ley.

- Una Comisión Asesora Ad-Honorem, integrada por representantes de organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales, sindicatos, ámbitos académicos, organizaciones sociales y referentes de los medios de comunicación.

- Una Comisión de Análisis Jurídico, con la participación de Jueces y Juezas de los fueros civil y penal, Juristas, y representantes de la Defensoría General de la Nación, que constituyó un hecho inédito para el Consejo Nacional de las Mujeres.

- Y el Consejo Federal de las Mujeres, espacio en el que las distintas Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires expresaron las especificidades que les son propias, a fin de tenerlas en consideración al momento de redactar el anteproyecto de decreto reglamentario.

Esta Ley previene y sanciona las conductas que históricamente colocan, sobre todo a las mujeres y niñas, en una posición subalterna al género masculino, lo cual crea una relación desigual de poder, que directa o indirectamente, afecta la vida, libertad y la seguridad de las mujeres en todos los ámbitos. Establece, además, que las mujeres están protegidas no sólo de la violencia física sino también de las violencias psicológica, sexual, reproductiva, obstétrica, económica y simbólica, sufridas tanto en el ámbito familiar como en el institucional, laboral o mediático.