El grado de cobertura del sistema previsional argentino asciende a 91% de la población mayor de 65 años, en gran medida por la moratoria implementada en 2005 por el gobierno nacional, que incorporó a 2,7 millones de nuevos beneficiarios, destacaron economistas del Banco Mundial.
"La ampliación del universo alcanzado benefició además a la población más vulnerable (el primer quintil de ingresos, es decir, el 20% más pobre), y a las mujeres, los segmentos más beneficiados por la moratoria", dijo Ignacio Apella, uno de los editores del estudio "Más allá de las pensiones contributivas".
La obra, que analiza 14 experiencias de América Latina, fue presentada ayer en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
Según el estudio, Argentina figura entre los países "más generosos, en relación a los beneficios recibidos por los participantes en los sistemas contributivos", junto a Trinidad y Tobago, Costa Rica y Uruguay.
En cambio, en relación al haber promedio, "Argentina continúa estando entre los más generosos, ya que paga beneficios equivalentes a casi 40% del PIB", agrega el Banco Mundial.
El país muestra además "valores muy altos" de los beneficios previsionales, en relación a la línea de pobreza, a la que superan entre 3,5 y 4 veces; y también sobresale por la proporción del producto bruto destinada al programa de inclusión dispuesto en 2005, lo cual implica "compromisos fiscales importantes".
"El caso de Argentina parece ser el más serio, ya que dedica un 2,5% del PIB a este programa", aunque ese costo "debería declinar en el futuro", agrega el estudio.
Considerando el total de erogaciones de la Anses en concepto de prestaciones (contributivas y no contributivas), ese porcentaje se elevó a 6,1% en 2010 y 7% en 2011.
Esa evolución se observa luego de que "el estancamiento de la cobertura pasiva durante los años 90" resultara en un nivel de gasto en torno al 5% del PIB, y aún menor, de 3,9% en 2005.
Los niveles más altos de cobertura se habían alcanzado en la primera mitad de los años 90, cuando alrededor de 78% de los mayores de 65 años tenía un beneficio.
"A partir de la reforma de 1993, que estableció requisitos más estrictos, la cobertura comenzó a declinar en alrededor de un punto porcentual por año, y en 2004 llegó a 68%", precisa la obra.
En lo que respecta a la población adulta mayor perteneciente al primer quintil, la Argentina ocupa el primer puesto de la región, con 85% de cobertura, mientras en 12 de los 18 países analizados la proporción es menor a 10%.
El estudio del Banco Mundial resalta en ese sentido la importancia de las pensiones como mecanismo de reducción de incidencia de la pobreza entre los adultos mayores, "particularmente en países como la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay".
En el país, antes de la moratoria sólo recibía un beneficio previsional el 45,3% de los integrantes del primer quintil, y el 64,8% de los del segundo.
Según el análisis del Banco Mundial, la moratoria "quebró las reglas del sistema contributivo, a fin de expandir su cobertura, permitiendo a aquellos trabajadores que contribuyeron algunos años, o incluso ninguno, acceder al beneficio".
Sin embargo, advierte por último el estudio, el mecanismo "perderá relevancia a medida que pase el tiempo", y mientras se mantengan bajas las tasas de formalidad de la población activa, la cobertura de largo plazo volverá a resurgir como un problema".
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