En la página 227, dentro del capítulo "¿Cuestionar el progreso?" dice textualmente
"Recientemente, el autor uruguayo Eduardo Galeano escribió que no se resigna a caminar el mundo "tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente, sólo porque a alguien se le ocurre agregarles una función o achicarlas un poco".
Lo curioso es que el texto citado pertenece a la crónica "Desechando lo desechable", de Marciano Durán, actual director de Cultura de la Intendencia Departamental de Maldonado.
En otra parte del texto Marciano añora los tiempos en que lavaba los pañales de los chicos y Aguinis arremete contra esta propuesta nostálgica diciendo: "El progreso no consiste en dejar de hacer cosas, sino en que haya cosas mejores que hacer, Galeano".
Y así continúa página a página, con acusaciones feroces al no escritor de esa nota, como por ejemplo: "Es el progreso que soñaba el socialismo utópico, luego el científico y la guerrilla guevarista , estimado Galeano."
Termina de acusar a Galeano por algo que nunca escribió cuando termina el capítulo, en la página 223, lo cual demuestra dos cosas: una que no tiene ningún sentido del humor porque el texto marciano (de Marciano Durán, se entiende) es una gran humorada contra la manía de tirar y comprar, y segundo, y mucho más grave, que no fue capaz de verificar la fuente, y tomó un texto de Internet que alguien adjudicó a Eduardo Galeano, con lo cual deberá presentarle un par de disculpas al escritor uruguayo y muchísimas más a sus lectores.
Tamaño error tiñe de desconfianza todas sus demás citas, ¿Será cierto que Oscar Wilde, citado por él al inicio del libro, dijo "Me puedo resistir a todo, menos a la tentación" o también lo bajó de Internet?
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