Carlos Pirovano, el subsecretario de Inversiones del gobierno porteño, propuso privatizar la educación pública.
“La educación pública está muerta”, sentenció.
Si se analiza la trayectoria de Pirovano se podría afirmar que lo expresado lejos está de un exabrupto sino más cerca del pensamiento del funcionario.
Pirovano se presenta como “economista, curioso, antiburócrata, transitoriamente subsecretario de inversiones” y allí ya había tachado de fascista a Arturo Jauretche porque “su motor de análisis es el resentimiento” y opinado, sobre cuál fue la peor presidencia de la Argentina: “Mi gorila interior cree que Perón, pero también existe el radicalismo.”
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