Se conocieron detalles de una reunión secreta entre los altos mandos del grupo Clarín y su CEO, Héctor Magnetto: allí el empresario reveló que podría ir preso por irregularidades cometidas en Papel Prensa.
La noticia comenzó a recorrer los pasillos del poder ayer a media tarde. "Héctor Magnetto está reunido en estos momentos con todos los jefes de Clarín", decía la información.
A ese inédito encuentro cumbre fueron convocados todos los editores del diario, desde los cargos jerárquicos a los jefes de secciones y suplementos, más los gerentes y editores de Canal 13, TN y Radio Mitre, así como los conductores de los principales programas periodísticos de estas emisoras.
Frente a esta audiencia los directivos del Grupo realizaron una amplia exposición antes de la cual se proveyó a los periodistas de documentos y hasta de un DVD con testimonios sobre la confrontación del Gobierno con el Grupo, en particular sobre Papel Prensa, tema por el que Magnetto admitió su preocupación.
Sobre este tema, siempre es bueno tener presente las palabras de Magnetto a Lidia Papaleo: “Firme o le costará la vida de su hija y la suya.” Luego sería secuestrada y torturada.
"Yo desaparecí y todo lo que pasó fue estando desaparecida. También firmé en La Plata estando desaparecida. Desde el departamento de Policía me llevaban a declarar envuelta en una manta gris, porque estaba totalmente quemada."
"Perdí mis pechos, mi abdomen y también mis genitales durante la tortura y me operaron en la cárcel de un tumor cerebral por los golpes que recibí.Al salir de la cárcel seguí viviendo todo esto, me siguieron amenazando, tuve que intervenir el teléfono y la situación siguió, siguió y siguió."
–¿Usted vendió antes o después de que estuvo en la cárcel?
"Yo vendí antes y durante. Seguí saliendo. En la cárcel ya estaba legal, me sacaban y me traían desaparecida para firmar y hacer el careo continuo. En una oportunidad fui a una casa donde había dejado las acciones de La Opinión –yo tenía todas las acciones de La Opinión–. Fui a ese lugar con un señor que era mi torturador –si bien eran varios y Darío Rojo que era uno de ellos ya murió– y estaban presentes (Miguel) Etchecolatz y (Ramón) Camps. El otro que estaba presente, que no era policía, se llama Cozzani y era el encargado de torturarnos. A mi lado murió mucha gente, incluso niños, porque traían a los padres y si no hablaban, mataban a sus niños. También violaban a todo hombre que entraba –que supuestamente era homosexual–; me preguntaban a mí, que en algunos casos sabía que eran homosexuales pero decía que no, y los violaban hasta matarlos." (Lidia Papaleo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario