Camila tiene 14 años, nació con microcefalia y hasta hace dos años no movía casi ninguna parte de su cuerpo, tenía la boca rígida, no hablaba y se alimentaba únicamente por sonda. Todo cambió cuando su mamá, Griselda, luego de pasar por diversos centros de salud que no recibían a su hija para su tratamiento, dio con el Servicio de Zooterapia del Parque Roca (Av. Intendente Rabanal 3490), que brindaba el Gobierno de la Ciudad de manera gratuita. Allí Camila comenzó un abordaje terapéutico con profesionales acompañados por perros especialmente entrenados. "Mañana vamos a los perros", le decía la mamá la noche anterior a la terapia y al día siguiente la nena a las seis de la mañana ya estaba levantada ansiosa por ir al parque. "Los perros la lamían y ella empezaba a recibir estímulos que nunca tuvo. Así mejoró lo de la boca. Después, acostada, la ponían derechita. Eso si lo hace una persona no lo sabe hacer. Ni yo puedo", dice Griselda.
Luego de dos años de zooterapia Camila hoy puede mover las
piernas, sus labios perdieron la rigidez, balbucea algunas palabras y hasta es capaz de tragar alimentos por sus propios medios. "Ahora los médicos del Hospital de Niños le están haciendo estudios para ver la posibilidad de operarla. Antes de que empezara con los perros me habían dicho que no tenía sentido intervenirla", cuenta con alegría la mamá de la chica.
Hace un mes y medio, el Servicio de Zooterapia, que se desarrolla desde hace 17 años en la Ciudad, se vio interrumpido por decisión del Gobierno de la Ciudad, que decidió su cierre.
"Nos sentimos desamparados porque no hay como ese lugar",
explica apenada Griselda, cuya hija ahora no cuenta con ningún espacio para continuar con el tratamiento. Y agrega: "Camila está triste, extraña a los perros".
La historia de Camila es similar a la de alrededor de 500 chicos y adolescentes que hoy se encuentran sin tratamiento y sin un espacio alternativo de terapia tras el cierre del Servicio de Zooterapia que se brindaba en Parque Roca.
Chicos con parálisis cerebral, secuelas de meningitis, síndrome de Down y diversas discapacidades y trastornos del comportamiento eran tratados con perros de razas golden retriever, terranova, pastor de los Pirineos, labradores, boyeros de Berna, adiestrados especialmente para estas tareas. Los avances de los pacientes eran notorios tanto a nivel físico como anímico.
El lugar en donde se desarrollaba el servicio era ideal para este tipo de terapias ya que se trata de un amplio parque al aire libre donde los chicos pueden disfrutar en un ámbito ameno. Además, el servicio contaba con salas acondicionadas para trabajar, caniles para los perros, sala de espera para los padres, baño adaptado y plaza de juegos.
La defensora adjunta Graciela Muñiz dejó entrever el interés del gobierno de Macri por quedarse con el lugar: "No sabemos si desconocen lo que realmente se hace ahí o si tienen otras intenciones para ocupar el predio con otra cosa". La misma sospecha tiene la ex directora del servicio de Zooterapia, Elsa Szwarcman, quien asegura que el Gobierno de la Ciudad pretende quedarse con el Parque Roca.
"A ellos les importan las instalaciones. El servicio es un mosquito que molesta dentro de la Ciudad porque Macri cedió los predios del Parque Roca A y B, uno a un sindicato y otro para construir las cárceles de la Policía Metropolitana. Están esperando que nos vayamos", sostiene la psicóloga.
Quiero colaborar en la lucha, estoy en Facebook saul wilfredo perez...estoy junto a ustedes!!
ResponderEliminar