El cacique qom Félix Díaz lleva cuatro días en huelga de hambre y mañana será recibido por el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Díaz aclaró que muchas organizaciones sociales distorsionan su mensaje y que no pretenden la destitución del gobernador de Formosa Gildo Insfrán, ni la intervención de la provincia. Reiteró que quiere llegar hasta la presidenta y dijo que el conflicto empobrece a la comunidad.
La huelga de hambre la realiza junto a otros cinco originarios: Rubén Díaz y Eduardo Meguesochi, de La Primavera; el coya Amado Choque, el mapuche Hugo Carrasco y la comechingón Ana Ordoñez.
Un mes y dos días separan a Félix Díaz de la brutal represión que produjo el asesinato de su compañero Roberto López, y poco más de 1200 kilómetros es la distancia respecto de la tranquilidad de su comunidad. Por el hecho en el que también murieron el policía Ever Falcón y el pilagá Mario López, Díaz llegó a Buenos Aires a principios de mes y mañana a las 10 será recibido por Randazzo, según anunció el presidente del INADI, Claudio Morgado.
−¿Cómo está la comunidad?
−Por ahora tranquila, pero siguen preocupados por la falta de respuesta de las autoridades por el tema de los DNI que fueron quemados y no se reestablecieron. A algunas de las personas que iniciaron los trámites en el registro civil de Laguna Blanca les cobran $ 150. Otro problema es el de la salud. La hermana Eugenia Gómez fue herida el 23 de noviembre, tiene una pierna fracturada y no le dan la medicación. Además, los municipios de Laguna Blanca (cuyo intendente es Carlos Insfrán, hermano del gobernador) y Laguna Naineck no entregan agua. Son represalias que nos condicionan y buscan silenciar a la lucha indígena.
−¿Qué expectativas le genera la reunión con Randazzo?
–Sigo dudando de que se solucione el problema porque me reuní con muchos funcionarios y siempre nos mienten. Se usa el tiempo para dilatar los reclamos y después se olvidan. Cuando llegamos a Buenos Aires fuimos muy escuchados pero saltó el problema de Villa Soldati y se borró todo.
–¿Con qué levantaría la huelga?
−Con una respuesta concreta del gobierno nacional y no que me digan que tenemos que esperar 15 o 20 días porque están las Fiestas. Por lo de los documentos, hay ancianos que no pueden cobrar sus haberes, hermanos que no pueden cobrar planes sociales y una imposibilidad de comprar mercadería porque no nos dan créditos. La mayoría estamos endeudados desde el corte de ruta.
−¿Y sobre la situación del gobernador Insfrán?
−Más allá de las propuestas de muchas organizaciones sociales, nosotros no estamos con esos temas. Si después la justicia quiere meterse con eso, que lo haga. Pero que no nos metan en la boca que nosotros pedimos la destitución al gobernador o intervención a la provincia. A nosotros nunca nos escuchan y siempre se dice lo que se piensa de nosotros: nunca se dice lo que verdaderamente nosotros queremos decir.
−¿Qué impresión le dejó Buenos Aires?
−Hay mucha gente que siente el dolor del pueblo indígena. Entienden que se trata de un reclamo que no está politizado, acá sólo está la bandera argentina y la whipala. Necesitamos la tierra porque de ella vivimos. Por eso queremos llegar a la presidenta, porque necesitamos saber qué es lo que piensa de Formosa. Hasta ahora no se pronunció pero eso no quiere decir que no le interesa. Nosotros queremos ser los constructores de nuestro propio destino y aportar para un país para todos, sin discriminación. Sin fronteras.
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