Lo llaman el “hit del verano”. Es un canto, como los usuales en los estadios de futbol, pero que no anima o acosa a ningún equipo, sino que va dirigido directamente al presidente de Argentina. “Mauricio Macri, ¡la puta que te parió!”, dice el estribillo que ya saltó de las canchas a las redes sociales y a cualquier rincón argentino donde se reúnan muchas personas. Y si bien el gobierno espera que la moda se diluya pronto, no hay que olvidar que así, con cantos en los estadios, comenzó el declive de la última dictadura militar.
“Mauricio Macri, ¡la puta que te parió!” El canto brota en estadios y salas de concierto, en manifestaciones callejeras, colas de banco y redes sociales.
La frase viene acompañada por una tonada simple y pegajosa, conocida por cada argentino.
La entonan los fanáticos del fútbol desde hace décadas, volcando en la letra el carácter incondicional de la pasión que sienten por su equipo.
Bombos y trompetas apuntalan los coros, que pugnan por alcanzar el contagio o prolongar el trance.
En esta nueva versión, sin embargo, el componente básico es el insulto y su destinatario, el presidente argentino.
El cántico es masivo y llega a todos lados, incluso al Lollapalloza, el festival musical que se desarrolló este fin de semana en Argentina con la participación de una gran cantidad de bandas internacionales.
En el campo del Hipódromo de San Isidro se escuchó el tema del verano y los videos no tardaron en circular por las redes sociales.
El canto se oyó por primera vez el pasado 4 de febrero en un partido en el que San Lorenzo recibía al líder Boca Juniors.
El canto contra Macri volvió a escucharse días más tarde en la cancha de River Plate.
Y luego también en las canchas de Racing, Lanús, Huracán, Gimnasia, Chacarita, All Boys, Tigre y varios clubes del ascenso.
El canto pronto se extendió a otros ámbitos.
Se oyó durante la disputa de la final de la Supercopa de Basquetbol, en una estación de subte en la que el servicio se había interrumpido, entre los asistentes a varios conciertos.
El hashtag #MMLPQTP se viralizó.
La sigla ya tiene su mercadotecnia.
En la red aparecieron memes, ringtones y videos.
El presidente argentino pudo oír el canto de manera directa el jueves 1, desde el interior de un vehículo blindado, en el trayecto que lo llevó de la Casa de Gobierno al Congreso para dar su discurso de apertura de las sesiones ordinarias de este año.
“El humor de la sociedad de diciembre a la fecha ha cambiado”, dice el sociólogo y consultor Ricardo Rouvier.
“Es el peor momento del vínculo del presidente Macri con la sociedad desde que asumió en diciembre de 2015.
Para un gobierno que maneja las expectativas mejor que los resultados, el pesimismo colectivo sobre la evolución de la economía para 2018 que consignan las encuestas es motivo de inquietud.
“El humor comienza a cambiar incluso entre los propios votantes del oficialismo, sobre todo porque no se produce el derrame económico que se prometía y esto genera frustración y enojo”, dice Rouvier.
El canto impacta también en otro pilar del discurso oficialista. La autoproclamada transparencia –dañada por los repetidos casos de corrupción que involucran a altos funcionarios del gobierno de Cambiemos–, quedó claro que no es tal y se ve ahora fuertemente cuestionada.
La crítica no se diferencia de la que salpica a sectores de la justicia federal, que encarcelan a dirigentes opositores sin procesamiento ni condena y desestiman las acusaciones contra funcionarios del gobierno. Pero ahora proviene de un sector que también vota por el gobierno.
Entre 1955 y 1973, durante los años en los que Juan Domingo Perón estuvo exiliado y proscrito, en muchas canchas se coreaba la prohibida “Marcha peronista” en señal de resistencia. A partir de julio de 1982, tras la derrota militar en la Guerra de las Malvinas, los estadios fueron parte esencial del reclamo de acabar con la dictadura y juzgar sus crímenes. Es la primera vez que un presidente constitucional enfrenta un fenómeno semejante.
Fuente: RevistaProceso
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