Una de las primeras medidas adoptadas por Juan Perón, cuando en 1944 era secretario de Trabajo y Previsión, fue el Decreto-Ley 28.160, luego reconvertido en Ley del Congreso, que se conocería como Estatuto del Perón Rural.
Primero fueron los trabajadores. Vinieron del campo a las ciudades prologando la Revolución Industrial.
Después vino la organización, que en un principio le puso “palos a la rueda” de la explotación; y junto con las transformaciones políticas las demandas de derechos.
Por eso, las primeras expresiones del incipiente modelo sindical en el mundo fueron ideológicas.
Más acá, el sistema acuñó las leyes que reglamentaron el mundo del trabajo. En algunos casos para consolidar conquistas; en otros para reparar injusticias, pero no faltaron aquellas que volvieron atrás lo logrado. Y sigue ocurriendo como puede verse en la actualidad en todas las latitudes.
En nuestro país también se dieron las mismas secuencias.
Desde el anarco-sindicalismo hasta nuestros días. Y así como hubo avances también hubo retrocesos.
Un ejemplo es la nueva ley de trabajo rural que acaba de ser sancionada por el Congreso de la Nación. Para algunos inadvertidos, se trata de una injerencia del Estado en la actividad. Más concretamente se refieren a la “mano del gobierno”.
Pero es bueno recordar que una de las primeras medidas adoptadas por Juan Perón, cuando en 1944 era secretario de Trabajo y Previsión, fue el Decreto-Ley 28.160, luego reconvertido en Ley del Congreso, que se conocería como Estatuto del Peón Rural.
El ex presidente Perón, señalaba en oportunidad de darlo a conocer que “este estatuto tiende a solucionar posiblemente uno de los problemas más fundamentales de la política social argentina.La situación del peón en el país es de extraordinario desmedro para los hombres que trabajan en el campo..... Se encuentra en una situación peor que la del esclavo, porque a este el amo tenía la obligación de guardarlo cuando viejo, hasta que se muriera; en cambio al peón, cuando está viejo e inservible le da un chirlo como al mancarrón para que se muera en el campo o en el camino”.
El tiempo pasó. La historia nos pasó por encima, incluyendo al campo y su producción. Sin embargo, los trabajadores rurales, en una gran proporción los denominados “golondrinas” o zafreros siguieron siendo explotados, excluidos y hasta discriminados. Ellos y sus familias. No es simple retórica. Basta recorrer el país profundo.
Luego vendría la dictadura militar. Curiosamente, en 1980 el Estatuto fue derogado y la explotación prácticamente convalidada considerando a los trabajadores rurales como autónomos y sin derechos para los trabajadores temporarios.
Ahora, el Congreso democrático restituyó y amplio los derechos postergados. Porque los incorporó a todos los efectos de sus condiciones de vida y de trabajo, a la Ley de Contrato de Trabajo que rige para el resto de los trabajadores formales.
El objetivo de nuestro gobierno, es avanzar en la consolidación de derechos con Justicia Social . En un modelo de país inclusivo, no puede haber trabajadores de primera y otros que ni siquiera sean reconocidos como tales.
Con esta nueva normativa “POR FIN” para los trabajadores rurales,estamos restaurando derechos sociales y con ello fortalecemos los derechos políticos, porque esos trabajadores dejarán ser un número en una libreta de empleo, para poder participar en la discusión de sus reivindicaciones, junto al resto de los trabajadores organizados.
Por Alicia Kirchner Ministra de Desarrollo Social.
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