lunes, 22 de noviembre de 2010

Elisa Carrió y la acusación a Patricia Bullrich: “infame traidora a la Patria”.

Para un dirigente político no debe haber peor imputación que el delito contemplado en el art. 29 de la Constitución Nacional, que es el de infame traición a la Patria.


Corrían los días finales de noviembre del año 2001 y la economía argentina agonizaba. La entonces diputada nacional por el Chaco, Elisa Carrió, de la flamante agrupación Argentinos por una República de Iguales, acusaba a la ministra de Trabajo de la Nación, Patricia Bullrich, de “infame traidora a la Patria” y de integrar una asociación ilícita junto a Fernando de la Rúa y los demás integrantes del gobierno de la Alianza. El motivo: la firma del Decreto de Necesidad y Urgencia 1390, por el cual “a cambio de mejores tasas de interés el Gobierno Nacional garantizaría el pago de los bonos de la deuda con la recaudación, incluso antes de asegurar la liquidación de jubilaciones y salarios de la administración pública”.
Basta leer la denuncia de Carrió para encontrar calificativos pocas veces vistos al dirigirse a un adversario político. Es más, en esos días corrieron ríos de tinta respecto de esta denuncia que llevó a cabo junto a los entonces diputados Mario Cafiero y Alfredo Bravo.

Sin embargo, hace tres años, sin pedir perdón en público, sin explicar absolutamente nada, con la causa judicial abierta, Elisa Carrió propone al electorado de la Ciudad de Buenos Aires a Patricia Bullrich como su mejor opción para diputada nacional, la misma persona a la que había acusado de integrar una asociación ilícita y de cometer infame traición a la Patria.

Por defender esta decisión no tuvo reparos en que se fuera la mitad de los diputados del bloque de su agrupación. Denostó a Macaluse, Raimundi, Delia Bisutti y compañía como si fueran sus enemigos. La flamante incorporación se transformó en la principal operadora de las decisiones de la “jefa”, según los diarios de esta época.

En esta semana, Elisa Carrió reapareció en escena después de mucho spa y poca misa en los últimos tiempos (nos hubiera gustado verla aunque fuera en la misa de monseñor Bergoglio el día del fallecimiento de Néstor Kirchner, de acuerdo con sus creencias, pero prefirió ir a internarse en Tanti, Córdoba, “para cuidar su silueta”). Reapareció haciendo otra denuncia que busca nada más que satisfacer su ego y ver cómo posicionarse de vuelta en la carrera electoral.
Acusó primero a sus socios del radicalismo de llevar a cabo un nuevo Pacto de Olivos con el Gobierno y luego denunció coimas a legisladores cuando vio que el oficialismo tenía número para aprobar el Presupuesto. Cualquiera sabe que Elisa Carrió es hija del acuerdo de Carlos Menem y Raúl Alfonsín, emergió en la política elegida por este último en el Chaco, para representar a la UCR de esa provincia en la Convención Constituyente de 1994.

Esta mujer no mide riesgo para saciar su odio si tiene que mandar cartas a embajadas extranjeras para inventar “olas de violencia”, que es respondida con multitudes festejando en paz el Bicentenario, denunciar sobornos que fueron archivados en 24 horas, denostar el Pacto de Olivos que antes defendió, denunciar a su hoy compañera Patricia Bullrich del peor delito. Siempre se juega con cosas que no tienen repuesto. De ser infundadas las denuncias que se llevan adelante, deberían llevar acarreadas la misma acusación que se imputa: Infame traición a la Patria.


Por Eduardo F. Valdés.

1 comentario:

  1. Sociopata o psicopata ,es la unica duda que tengo,y lo que me resulta increible es como gente con trayectoria politica pueda ser llevada de las narices por la antipolitica encarnada en esta persona

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