“Estamos brindando”, confesó un dirigente de la segunda línea de la Federación Agraria Argentina (FAA).
En la mesa directiva de la entidad eran una pequeña minoría los que tenían disposición para seguir sacándose fotos con Hugo Luis Biolcati, de la Sociedad Rural Argentina, y Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas. Pero ese rechazo entre los chacareros con cargo existe hace casi dos años. Y no fue el motivo del guadañazo de Buzzi.
“La Mesa de Enlace está en crisis. No hace falta ser una analista muy fino para verlo: no se ha podido enhebrar ninguna estratégica común desde que terminó el conflicto. Lo único en que nos pusimos de acuerdo fue la ley de emergencia económica, y cuando se va a aplicar, como en los casos de Coronel Pringles y Laboulaye, hay que soportar todos los días una diatriba de Biolcati”, explicó Pedro Peretti, director de la FAA.
La muerte de Néstor Kirchner, sin dudas, agregó un ingrediente: la idea de que lo más probable es que Cristina Fernández gane, cómoda, la próxima elección.
En las oficinas de Rosario de la FAA, los dirigentes comentaban una novedad. Cada vez que Buzzi había amagado con romper (que fueron muchas), recibían llamados de chacareros enojados. Esta vez, nadie se quejó. Los tiempos, parece, están cambiando.
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