jueves, 17 de mayo de 2018

"Problemas entre el gobierno nacional y el Banco Central", "la crisis nos llevaba al 2001" y "miedo y angustia" fueron algunas de las caracterizaciones que dio Mauricio Macri en su conferencia de prensa en Olivos donde dejó claro que habrá más ajuste que incluiría despidos, "tocar" jubilaciones y AUH, achicamiento del PAMI y quita de subsidios

Con una conferencia de prensa sin preámbulos que significó el paso del operativo contención de crisis al operativo por legitimar el regreso al Fondo, el Presidente admitió que "hay que acelerar y profundizar" el ajuste. 

Luego de referirse al operativo llevado a cabo a raíz de la fuerte crisis del dólar -con 25% de devaluación, dilapidación de reservas y nuevo bono BOTE de endeudamiento-, el presidente Mauricio Macri reconoció las órdenes directas de ajuste del Fondo Monetario Internacional y, en ese sentido, dio paso a un nuevo operativo: legitimar la vuelta al endeudamiento y condicionamientos con el FMI, en lo que fue el anuncio de que achicar el gasto es el condicionamiento del Fondo, que no hay otra alternativa y que el costo político de ello será repartido con la oposición que se sume al "gran acuerdo nacional".

En ese punto, el jefe de Estado reconoció las órdenes directas y precisas del FMI con una insólita frase que intentó corregir sobre la marcha: "Nos van a decir en qué número, lo vamos a discutir, podemos reducir el déficit".

En su cruzada por legitimar la vuelta al endeudamiento con el organismo y la necesidad de un ajuste, el mandatario sostuvo que "esta tiene que ser una etapa de pragmatismo" y, en esa línea, agregó que el "gran acuerdo nacional" del que habló Marcos Peña, el jefe de Gabinete, "es para acelerar la reducción del déficit".

"Vamos a tener un poco más de inflación y un poco menos crecimiento", reconoció también en línea con las palabras del titular de Hacienda, Nicolás Dujovne.

Y remató su operativo a través de una cita a una película del famoso actor Jack Nicholson con la que volvió a comprometer a la "oposición racional" a aceptar el ajuste exigido por el FMI y absorver parte de la culpa política de esa decisión del gobierno nacional: "Por ahí tengo que mandar a todos a ver la película 'Alguien tiene que ceder'".

Luego llegó el capítulo de la asunción de los errores, asumiendo como las fallidas metas de inflación 2016-2017 y, por ahora, 2018.

Sin embargo, tras sugerir el fracaso de sus "metas ambiciosas" como error, justificó esas equivocaciones en una supuesta falta de preparación de los argentinos: "Siento que como sociedad no podíamos afrontar un ajuste profundo de un día para el otro. Tampoco políticamente la Argentina estaba preparada para dar un debate serio".

"Siento que pusimos metas demasiado optimista y alguna gente se irritó por eso", dijo el líder PRO acerca de las críticas que recibió y remató: "Ahora hay que acelerar y profundizar".

El último error que mencionó fue, tal vez, el que deja como conclusión el resurgido rol de Federico Sturzenegger, el titular del Banco Central de la República Argentina, en detrimento de la intervención del organismo por parte del devaluado Peña: "Tampoco estuvimos muy coordinados en ese 28 de diciembre, hubo problemas de coordinación entre el Gabinete económico y el Banco Central".

Fuente: PoliticaArgentina



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