Por caso, durante la última semana se supo que la organización Voces
Vitales Argentina, cuyo lema es “invertir en la mujer es transformar el mundo” y
que dirige la diputada del PRO Laura Alonso, recibió un subsidio de diez mil
dólares por parte del especulador financiero Paul Singer, jefe del fondo buitre
NML, uno de los que frenó a la Fragata Libertad en el puerto de Ghana.
Pero no
sólo eso. Además, esta fundación con sede norteamericana (Vital Voices Global
Partnership) recibe dinero proveniente del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
y del Banco Ciudad. También de Cablevisión, la Embajada de Estados Unidos y
Goldman Sachs, ex accionista principal del multimedios Clarín.
Lo cierto es que la información sobre los fondos que el ejecutivo
porteño deriva a instituciones sin fines de lucro parece ser un secreto de
Estado. En un informe realizado por Mariana Rivolta, asesora en presupuesto del
bloque Buenos Aires Para Todos de la Legislatura porteña, queda demostrado que el equipo amarillo se rehúsa a rendir
cuentas y explicar a cuáles de esas asociaciones entrega subsidios.
Del presupuesto 2012, en materia de transferencias a ONG se destinaron
228.692.219 pesos, pero sólo se especifica a dónde se destinaron 5.799.692
pesos, es decir, un 2,53 por ciento.
Del restante 98 por ciento se desconoce su
destinatario y, quizás, una parte haya llegado ni más ni menos que a la
fundación de Laura Alonso.
También resulta interesante observar cuáles son las organizaciones con
nombre y apellido a las que el Jefe PRO les brinda dinero. La Jefatura de
Gobierno le otorga 132.000 pesos a la Casa del Teatro; 42.438 a DINAD (Defensa
Integral de Niños y Adolescentes Deficientes); 10.692 a la Asociación Para Ayuda
y Recuperación Encefalopática; 10.692 a la Asociación Civil Deportes Para
Lisiados; 80.000 a la Asociación Usuarios y Consumidores. Sin embargo, el
ingeniero Macri decide otorgarle un monto mayor, 330.000 pesos, al Centro
Argentino de Ingenieros (CAI), con el cual estrechó fuertes vínculos en su
otrora cargo directivo en Socma, la empresa de papá Franco.
Haciendo un poco de memoria, otras fundaciones vinculadas a miembros
del PRO recibieron subsidios de la Ciudad. Además del caso de Alonso, el
legislador Sergio Bergman fue beneficiado con la administración de un Centro de
Primera Infancia (CPI) –los “jardines maternales” tercerizados– en el centro
Leandro N. Alem, en el barrio de Constitución. Así también tuvo un beneficio su
otrora aliado, Francisco de Narváez, cuya ONG Unidos por la Justicia cobró 150
mil pesos del ministerio de Desarrollo Urbano, por brindar asesoría legal en un
programa del Gobierno porteño.
Ni que hablar de la Fundación Pensar, el tink tank dirigido por el
propio Mauricio Macri y la Fundación Libertad, también vinculada al equipo
amarillo, que realiza constantes actividades con los propios funcionarios del
gobierno de la Ciudad.
Siguiendo con el informe, la Jefatura de Gabinete de Ministros a cargo
de Horacio Rodríguez Larreta, ideólogo de otro think tank, “Grupo Sophia” –del
cual salieron varios dirigentes PRO–, destina 1.600.000 pesos a los programas de
Fortalecimiento de los Derechos Humanos, Construcción de la Memoria, Defensa de
las Minorías, Atención y asistencia a la víctima y otros programas
institucionales, pero tampoco especifica a qué organismos se les otorga el
subsidio para llevar adelante estas políticas. Lo mismo sucede con el área que
comanda Diego Santilli, en la que se otorgan 223.902 pesos para programas de
estrategias ambientales en forma genérica, sin mencionar organizaciones
responsables.
Por su parte, Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social y amiga
de María Eugenia Vidal, le transfiere subsidios a ocho programas por un monto
total de 113.501.750 pesos. Esos programas son: Atención Niñez y Adolescencia
Vulnerables (sólo señala a Fundamind y Sociedad protectora de Animales
Sarmiento); Integración Social de Adultos, Desarrollo Integral Infantil,
Fortalecimiento de Vínculos, Externación Asistida, Fortalecimiento de Políticas
Igualdad de Oportunidad y Formación e inclusión para el Trabajo, pero en ningún
caso especifica qué entidades realizan estas tareas. Por último, transfiere a
Cáritas Buenos Aires –perteneciente a la Iglesia Católica– 2.445.200 pesos bajo
el paraguas del programa de Fortalecimiento a Organizaciones de la Sociedad
Civil.
El ministerio de Educación tampoco aclara a qué ONG o cooperadoras se
destinan los 54.925.000 pesos de su presupuesto, al igual que el ministerio de
Salud con los 16.781.000 pesos que otorga a “instituciones para la asistencia a
la niñez”. En el caso del ministerio de Desarrollo Económico, los subsidios por
13.621.300 pesos son en apoyo a muchas industrias, pymes, ONG y fondos
deportivos. Lo único que se detalla son 200.000 pesos destinados al Club Glorias
Argentinas. Hernán Lombardi, a cargo del ministerio de Cultura, otorga
40.789.945 pesos a Actividades Centrales de la Cultura, Promoción de la Lectura,
Turismo de la Ciudad y al Ente Autárquico Teatro Colón, dejando en la nebulosa
identificar a los destinatarios, salvo por 170.000 pesos que concedió a Calle de
los Títeres en el rubro Promoción de Actividades Culturales.
Entre tantos globitos amarillos, Macri tiene un agujero, pero de un
tono muy distante en la paleta de colores: negro. En la medida que haga público
el destino de tantos millones de pesos podrá darle otros matices.
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Números
228,7 millones de pesos del presupuesto 2012 se transfirieron a diversas
ONG.
5,8 millones de pesos tienen especificado su destinatario, del restante 98
por ciento se desconocen.
330 mil pesos se entregaron en el año al Centro Argentino de Ingenieros
(CAI).
10.692 a la Asociación Para Ayuda y Recuperación
Encefalopática.
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