Una multitud se concentró en los alrededores de la Casa de Gobierno para celebrar la última jornada de la fiesta patria. La Plaza de Mayo fue, una vez más, el escenario de un festejo histórico. Organizaciones políticas, sociales y sindicales pero también miles de familias rebalsaron el lugar y armaron una fiesta muy emotiva.
La Plaza de Mayo fue ayer, una vez más, el escenario de un festejo histórico que combinó la organización política y sindical con la salida familiar, todo bajo los símbolos del aniversario 205 de la Revolución de Mayo que congregó a un millón de personas que escucharon el mensaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Los primeros en llegar fueron los militantes del interior del país, que fueron ocupando el sector más próximo a Casa de Gobierno, sobre la calle Balcarce, mientras que por la tarde se fueron acomodando en el sector medio de la Plaza organizaciones como La Cámpora, Kolina y el Movimiento Evita, entre otras muchas, con sus estandartes y, sobre todo, banderas argentinas.
Ya sobre las 16, cuando comenzó el festival artístico programado, llegaron las familias y grupos de jóvenes y fue entonces que la histórica Plaza de Mayo quedo colmada en todos sus espacios y calles laterales como Reconquista, Defensa, Avenida de Mayo y las diagonales Sur y Norte.
El escenario montado sobre la Casa Rosada ofreció estímulos visuales en todo momento con una pantalla gigante colgada en la arcada de ingreso y otras rodeándola, que mostraron imágenes y figuras en tres dimensiones sincronizadas con tecnología “mapping”.
Los globos y los “zepellin” sumaron también atractivo visual, surcando el cielo y marcando presencia política de movimientos sociales, sindicatos y dirigentes del espectro kirchnerista.
No faltaron los disfraces, ni tampoco un pingüino gigante de peluche con la banda presidencial cruzada.
Cuando arrancó el festival, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, se acercó a la gente del primer cordón de la plaza y desde allí saludó, se sacó fotos y dialogó con todo aquel que quiso acercarse. Un rato más tarde, sobre las 18, hizo lo propio el ministro de Economía, Axel Kicillof.
La avenida de Mayo repitió su oferta gastronómica, con puestos que ofrecían sabores típicos de cada región y otros espacios dedicados a la fauna y flora locales, ubicados en el marco del denominado ‘Paseo Patria es Nuestra Tierra’, que celebra los 25 años de programa Pro-Huerta.
Sobre el edificio del Ministerio de Economía, se destacaban dos inmensas banderas con los rostros de la mandataria y de Néstor Kirchner, adornados con los colores de la bandera argentina, al igual que en la propia Plaza de Mayo, donde abundaban las alusiones patrias y otras referencias sobre el proyecto nacional y sus líderes políticos.
Antes y después del discurso presidencial, la gente disfrutó de música en vivo a cargo de la murga uruguaya Agarrate Catalina, Ana Prada, Buena Vista Social Club, Víctor Heredia, Fabiana Cantilo, David Lebón, Emilio del Guercio, Litto Nebbia y Bersuit Vergarabat, entre otros.
Algunos de ellos interpretaron algunas de las canciones populares prohibidas durante la última dictadura, como es el caso de Palo Pandolfo que subió al escenario acompañado por Ignacio Montoya Carlotto, el nieto de Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
El momento culminante se produjo cuando la Presidenta habló a la multitud por cadena nacional con un mensaje donde llamó a profundizar el proyecto y exhortó a concretar el empoderamiento popular con una frase: "No tengan miedo por lo que va a pasar, ustedes son los dueños de su destino".
Cuando culminó su discurso, la Presidenta se quedó sobre el escenario saludando a la multitud, mientras de fondo se escuchaba la canción "Amores como el nuestro", del grupo de cumbia romántica "Los Charros", uno de cuyos versos dice "amores como el nuestro/ no van a morir jamás".
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