martes, 29 de marzo de 2016

Si la tocan a Cristina... Por Edgardo Mocca

De la galera del macrismo y su cortejo político-mediático-judicial entreguista, represivo, censurante y hambreador, sale todos los días un nuevo conejo.

Hoy nos enteramos de que Bonadío -reconocido juez de la servilleta de Corach- imputa por "asociación ilíicita" a Cristina.

¿Qué quiere decir eso? Que podría ser detenida por la cuestión de la venta de dólar a futuro por parte del Banco Central.

De modo suciamente mentiroso, Macri negó -nada menos que en el debate presidencial antes del ballotage- que fuera a devaluar en el caso de ganar. Más aún: le dijo a Scioli que mentía y para hacer más fuerte la afirmación lo acusó de lo peor de lo que un ser humano pueda ser acusado: ser "panelista" de 6,7,8.

Muy simple: si Macri hubiera cumplido su promesa de no devaluar, no habría habido ganancia alguna para los que compraron esos dólares a futuro.

Cristina dio a Vanoli la orden, como le corresponde al presidente según la Constitución y la carta orgánica del Banco Central de fijar un precio a futuro del dólar que actuara contra las expectativas inflacionarias; ese es el "delito" que cometió.

Después vino Macri y ya sabemos qué pasó con el dólar (y con la inflación, con los despidos, con el poder adquisitivo del salario, con las retenciones sojeras y mineras, con la libertad de expresión, con Venezuela, con el imperio, con los fondos buitres, con...).

La relación orgánica del presidente, sus ministros y el Banco Central es considerada una "asociación ilícita". ¡Qué aroma a 24 de marzo tiene todo esto!

Sin embargo, el enigma principal es sobre la plataforma política que Macri (o quien sea) ha pensado para su gobierno.

Se insinúa la amenaza de un incremento del odio y la violencia. Parece que quieren llevar al país a una crisis terminal e imponer una interpretación que acuse al gobierno anterior por esa emergencia.

Parece que quieren imponer ahora el caos que soñaban como final del gobierno de Cristina.

Parece que necesitaran una fuerte oleada represiva para sostener e intensificar el efecto disciplinador que han empezado a montar con los despidos, que en muchos casos -la experiencia de la Biblioteca Nacional es uno de ellos- tomaron la forma de experiencias de campos de concentración (listas negras, espionaje de redes sociales, combinación azarosa de los que caen y de los que siguen, siembra del miedo y la culpa entre los que no son víctimas directas, etc.).

En una palabra, los "republicanos" se sacaron la careta. La escenografía de los globos, de las palabras dulces, los mimos y los cuentos quedó atrás. Lo que queda en pie es un plan neocolonizador que recién se ha puesto en marcha.

Está demás decir que el 13 de abril, día de la indagatoria a Cristina, en Comodoro Py es una cita ineludible para todo lo decente que hay en la sociedad argentina. No un acto peronista, ni kirchnerista, ni progresista: una reunión masiva de los argentinos que queremos seguir viviendo en paz, ejerciendo nuestros derechos y resolviendo nuestras querellas políticas por la vía de elecciones limpias.

Por Edgardo Mocca


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