La cooperativa láctea le anunció al sindicato que se va de Bahía Blanca. Las y los 50 trabajadores tendrán que optar entre recibir indemnizaciones o un traslado a la fábrica de la ciudad santafesina de Sunchales, a mil kilómetros de distancia. La empresa echó tres mil operarios en los últimos dos años.
"Sancor, una empresa que crece con proyección mundial", alardea un banner en el sitio web de la cooperativa lechera. La realidad para las y los trabajadores de esa firma está muy lejos de ese slogan: la firma redujo en los últimos dos años al 60% de su personal; pasó de tener cinco mil empleados a dos mil. Y continúa sumando capítulos tristes. Tras cerrar a principios de mes su planta en Neuquén y dejar en la calle a 30 personas, anunció esta semana el cierre de su fábrica en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca.
El plantel bahiense integrado por 50 trabajadores recibió la noticia a través de su sindicato, la Asociación de Trabajadores de la Industria de la República Argentina (Atilra). Ahora, tendrán que optar entre recibir indemnizaciones o un traslado a la casa central de Sancor, ubicada en la ciudad santafesina de Sunchales, a más de mil kilómetros de distancia de su lugar de residencia.
Según consigna el medio Minuto De Cierre, desde Atilra advirtieron que el cierre de la fábrica traerá problemas en la distribución y el abastecimiento de productos lácteos en la ciudad gobernada por el macrista Héctor Gay.
El vaciamiento de la sucursal de Bahía Blanca se suma al de la ciudad de Neuquén, que dejó en la calle a 30 familias a principios de noviembre y es un capítulo más del desguace generalizado de Sancor, que comenzó hace más de dos años.
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