Argentores le mandó una carta documento a la productora del Grupo Clarín y de Adrián Suar.
Tres guiones para una tira televisiva y un primer premio de 70 mil pesos. La productora Pol-Ka SA, del grupo Clarín y Adrián Suar, lanzó un concurso público bajo un discurso “amplio y democrático”: “Podrán participar guionistas argentinos o extranjeros, que presenten obras originales e inéditas escritas en idioma español. Los guiones deberán ser inéditos y comprenden a lo que se conoce como unitarios”.
Según Argentores, la promoción es una fachada: dicen que el concurso “vulnera elementales derechos morales de los autores”. Sergio Vainman, presidente del Consejo Profesional de Televisión, dijo a Infojus Noticias que “los premios que ofrece la productora son un verdadero castigo, porque lo que está en la letra chica es que Polka se quedará con los derechos de los autores y los usará a su antojo”.
Argentores presentó una carta documento ante las autoridades de la productora, con el fin de anular el concurso. Y amenazaron con ir a la justicia. ¿Cuáles son sus fundamentos? En primer lugar, que el único camino legal para obtener autorizaciones para el uso de obras, es requerirlas al gremio. En el comunicado aseguran: “Argentores es la única persona que puede autorizar el uso de una obra. Asimismo, nuestra entidad deberá fijar las condiciones de utilización, razón por la que en este caso una empresa no puede escudarse en un concurso para evadir el cumplimiento de las normas”.
El próximo lunes se dará un respuesta oficial mediante un comunicado, explicó una vocera de Pol-Ka, según informó el portal Infojus Noticias.
¿De qué se la acusa? De acuerdo al escrito de Argentores, hay dos normas que la productora pasó por arriba y no respetó. La ley 20115, que regula la actividad de la a Sociedad General de Autores de la Argentina. La reconoce como representativa de los creadores nacionales y extranjeros. Y, por otro lado, la ley 11723 de Propiedad Intelectual, que establece que el autor de la obra tiene la facultad de autorizar su reproducción en cualquier forma.
“A Polka Le dimos un plazo para que deje sin efecto el referido concurso, restituya los proyectos entregados y se abstenga de continuar con la recepción de obras. Si no lo hace, iremos a la justicia porque hay una violación clara de los derechos de autor con un ánimo de lucro bastante explícito”, dijo Vainman, quien explicó que no es la primera vez que Polka –una de las productoras líderes en el mercado televisivo- se arroga en fijar sus propias reglas desconociendo a los creadores.
El documento de Argentores explica que Polka se reserva el derecho de contratar a uno o más guionistas adicionales que considere necesario para el desarrollo definitivo del guion. Al autorizar la reescritura, está exigiéndole al autor “que acepte -léase que renuncie- expresamente a la paternidad exclusiva de su obra y la entregue a una futura autoría en colaboración de no se sabe quién, adelantando, además, que hará con ella lo que mejor le parezca y podrá convertirla en lo que se le dé la gana”. Lo que el gremio puso en primer plano es la norma que manifiesta que el autor tiene “el derecho a exigir la fidelidad de su texto y título”.
Por último, Argentores denunció que la productora apeló a su poder simbólico en el mundo del espectáculo como estrategia de seducción. “Se lanzó a la pesca de nuevos talentos autorales y su canto de sirena se oye muy lejos, porque resuena en la cabeza de innumerables autores jóvenes y no tan jóvenes, todos faltos de trabajo y urgidos por múltiples apremios. Y agregó, en el comunicado: “¿Quién no quisiera leer su nombre en los créditos de una telenovela transmitida por Canal 13? ¿Quién no disfrutaría viendo y escuchando a actores prestigiosos y populares interpretándola? ¿Qué importa darles todo, cederles todo, dejarles todo, si nos dan la oportunidad, nos ponen en pantalla y nos pagan 70.000 pesos de premio?”.
En palabras de Vainman, los autores deben cobrar conciencia de lo que la empresa hará con sus trabajos. “Ningún dinero es despreciable, ninguna oportunidad es desechable, pero seamos claros: aquí no hay premio, sino precio”, dijo y concluyó que “cuando pasen los años y vean que con esos guiones tan generosamente premiados se hacen negocios millonarios, añorarán el momento previo a la presentación, o al de la firma del contrato, cuando todavía eran dueños de su obra”.
Fuente: Primiciasya
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