lunes, 9 de agosto de 2010

Magnetto a Lidia Papaleo: “Firme o le costará la vida de su hija y la suya.” Luego sería secuestrada y torturada.

"Yo desaparecí y todo lo que pasó fue estando desaparecida. También firmé en La Plata estando desaparecida. Desde el departamento de Policía me llevaban a declarar envuelta en una manta gris, porque estaba totalmente quemada."

"Perdí mis pechos, mi abdomen y también mis genitales durante la tortura y me operaron en la cárcel de un tumor cerebral por los golpes que recibí.Al salir de la cárcel seguí viviendo todo esto, me siguieron amenazando, tuve que intervenir el teléfono y la situación siguió, siguió y siguió."

–¿Usted vendió antes o después de que estuvo en la cárcel?
"Yo vendí antes y durante. Seguí saliendo. En la cárcel ya estaba legal, me sacaban y me traían desaparecida para firmar y hacer el careo continuo. En una oportunidad fui a una casa donde había dejado las acciones de La Opinión –yo tenía todas las acciones de La Opinión–. Fui a ese lugar con un señor que era mi torturador –si bien eran varios y Darío Rojo que era uno de ellos ya murió– y estaban presentes (Miguel) Etchecolatz y (Ramón) Camps. El otro que estaba presente, que no era policía, se llama Cozzani y era el encargado de torturarnos. A mi lado murió mucha gente, incluso niños, porque traían a los padres y si no hablaban, mataban a sus niños. También violaban a todo hombre que entraba –que supuestamente era homosexual–; me preguntaban a mí, que en algunos casos sabía que eran homosexuales pero decía que no, y los violaban hasta matarlos."

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