Los adquirió Mauricio Macri en 2011 y este año se comprobó que tienen elementos con asbesto, un material cancerígeno.
Tras meses de negar la situación y de minimizar las advertencias de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp), SBASE admitió que las tres formaciones de la línea B compradas al Metro de Madrid contenían asbesto y ordenaron que los vagones sean convertidos en chatarra.
El ahora presidente Mauricio Macri los había adquirido en 2011, en una compra directa por cuatro millones de euros, a pesar de que ya se sabía que tendrían una vida útil de apenas 10 años.
Según los trabajadores del subte, el propio manual de los vagones aclaraba que tenían amianto, pero el Gobierno de la Ciudad los sacó de circulación recién tras la muerte de dos empleados del Metro de Madrid por estar en contacto con el material cancerígeno.
El escándalo se desató en marzo de este año, cuando se confirmó que las piezas del Metro de Madrid contenían material cancerígeno. Desde entonces, se registraron cuatro casos de trabajadores afectados por su exposición al asbesto, de los cuales dos ya fallecieron, el primero de ellos el pasado 24 de mayo y otro este mes.
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