También fueron determinantes para que abandone la carrera presidencial las opiniones de algunos asesores y operadores políticos, entre ellas la del el ex intendente menemista Carlos Grosso.
Asimismo, un importante funcionario del Gabinete, señaló que la decisión final sobre su reelección comenzó a madurarla hace dos semanas cuando se tomó un fin de semana largo en la costa de Carmelo, Uruguay, junto a Juliana Awada, en un coqueto hotel boutique a metros de un cuidado campo de golf de 18 hoyos (una de las pasiones del jefe comunal). El spa y el green hicieron el resto y Macri tomó la decisión que jamás quiso tomar: volver a ser candidato en la Ciudad, donde el panorama también se le presenta complicado.
Durante un acto con militantes en el club 17 de Agosto, en Villa Pueyrredón, en la Comuna 12, donde hace unos días violaron a una nena porque la Policía Metropolitana no estaba, Mauricio Macri anunció, resignado, que se bajaba de su candidatura a Presidente.
El anuncio de su intención de ir por la reelección de la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, levantó cantos a favor pero también murmullos de desaprobación.
En su escueto mensaje, comenzó señalando que "parece que fue ayer cuando arrancamos todos juntos". En ese momento, mas de uno pensó: "ese es el problema, arrancaron hace cuatro años!".
"Después de mucha reflexión y debate siento y estoy convencido que el mejor lugar desde donde puedo hacer el aporte es desde la ciudad de Buenos Aires", declaró Mauricio.
Rodeado de decenas de partidarios del PRO, el funcionario pidió a sus militantes que "no tengan vergüenza a reconocer los errores".
Por último, Macri solicitó a sus seguidores que lo acompañen en el "nuevo desafío".
La estética del relanzamiento tuvo un colorido que intentó paliar el inevitable y monocromo amarillo preponderante del PRO. Papelitos multicolores, globos con una sonrisa dibujada, música a alto volumen y militantes de esa fuerza de derecha momentáneamente ataviaron de boliche al club porteño.
En lo que pareció un parafraseo a una campaña de la década de 1990, Macri concluyó su acto con una arenga: "A trabajar, a trabajar y a trabajar". Y luego se despidió de su auditorio amarillo, bailando una canción de amor de Gilda, cuando en el mismo instante subió su esposa Juliana Awada a darle un beso para cerrar el acto de lanzamiento de campaña.
CARLOS GROSSO.
Mauricio Macri tiene un asesor en las sombras: el ex intendente menemista Carlos Grosso. El jefe comunal lo escucha asiduamente y le pide consejos.
Además, Grosso tiene relación directa con dos de los peronistas más fuertes que tiene Macri: el jefe del bloque de legisladores del PRO, Cristian Ritondo, y el ministro de Espacio Público, Diego Santlli.
Justamente en esa cartera el ex intendente colocó a un poderoso funcionario: el subsecretario de Uso del Espacio Público, Jorge Zabaleite. Peronista, es quien, entre otras cuestiones, se ocupa de imponer multas en vía pública (a través de la dirección de Ordenamiento del Espacio Público) y controla ferias y mercados.
Por otro lado, también colocó funcionarios de segunda y tercera línea en el ministerio de Desarrollo Urbano. Es que su titular, Daniel Chain, ex directivo de Socma, había sido socio de Juan Pablo Schiavi, funcionario de Grosso y su amigo personal.
Como “lobbysta”, en el ámbito porteño se habla de una íntima relación del ex intendente con STO, la empresa de grúas y parquímetros que gana millones en una de las dos zonas en las que dividió el gobierno la ciudad para la explotación del sistema de estacionamiento medido.
El poder de Grosso, quien curiosamente (o no tanto) tiene sus oficinas en la calle San Martín, a media cuadra de la jefatura de gobierno), fue en ascenso en los últimos años. Prestó dirigentes peronistas para sustentar campañas de Macri y prestó su sapiencia para el armado del PRO en determinadas ocasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario