Feliz o simulando ser feliz, nadie lo sabe . Pero en campaña.
El jefe de Gobierno Mauricio Macri, confirmó que no será candidato presidencial en octubre. No era la decisión que quería. Desde que asumió su cargo, en 2007, pensó que el sillón de Bolívar 1 se convertiría en un trampolín para saltar a la Casa Rosada.
Se cumplirá así, desde su desembarco en la política, la tercera elección presidencial en la que mirará la disputa desde la tribuna, pese a que en todas estuvo a punto de dar la pelea por el sillón que hoy ocupa Cristina.
El mal trance por tener que rever sus planes fue paliado, al menos en parte, por la "fiestita" que le organizaron en la cancha de básquet del Club 17 de agosto, en Villa Pueyrredón.
Globos rojos. Globos amarillos. Globos naranjas. Globos verdes. Globos azules. Todos pintados con una sonrisa. Un escenario en 180 grados y decenas de personas dando pasitos al ritmo de “No me arrepiento de este amor”, de Gilda, en un gimnasio de barrio reciclado para la ocasión. De pronto, sube Juliana Awada, que levanta suspiros aun embarazada de cuatro meses, y el la besa en la boca mientras ella, incómoda, le corre una parte de su boca . Mauricio Macri baila. Mueve la cola, los brazos.
A los pies del escenario se mezclaban señoras paquetas, con carteras y colgantes llamativos, con militantes que habían llegado en micro, movilizados, entre otros, por el legislador Cristian Ritondo.
Entre el público también llamaban la atención los tres ministros que se perfilan para acompañar a Macri en la fórmula. Los medios los requerían y ellos no tenían problemas en pararse a hablar. Los tres se mostraban seguros de que serán los elegidos.
María Eugenia Vidal, la ministra de Desarrollo Social, lucía quince kilos menos que un tiempo atrás, gracias a una dieta de Cormillot.
Flequillo moderno, tacos altos y siempre dispuesta a sonreír .
A pocos metros, Diego Santilli, de Espacio Público y Medio Ambiente, aunque algo menos propenso a las cámaras que sus contrincantes, quizá por estrategia o porque conoce alguna decisión que el resto no.
Y de la misma manera, Hernán Lombardi, el ministro de Cultura, quien llegó al club rodeado de asesores, temprano y de buen humor.
De esta manera, acorralado por las encuestas, Mauricio Macri, oficializó su abandono del escenario electoral nacional y retomó a su pago chico que tanto le está constando sostener.
La decisión tomada por el otro candidato que se rindió ante sus sueños electorales, Pino Solanas, fue clave en la determinación del ex presidente de Boca.
El asesor de campaña Jaime Durán Barba y uno de sus operadores políticos, el ex intendente menemista Carlos Grosso, lo convencierom que dejar la Capital y perder contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner era la muerte política del PRO.
Así, ayer confirmó que buscará un segundo mandato durante el acto que realizó en Villa Pueyrredón, de la Comuna 12. El mismo barrio donde en el último mes se dieron 3 casos de abuso sexual por ausencia de "su" Policía Metropolitana. La misma Comuna donde murieron 3 personas por el derrumbe de un gimnasio.
"Detalles" que Macri pasó por alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario