Los periodistas del Grupo Clarín Daniel Santoro y Guillermo Lobo fueron acusados por el FBI de ser agentes de los servicios secretos rusos y el Departamento de Estado de los EE.UU. les quitó sus visas para entrar al país del norte, limitándoles el ejercicio de su profesión.
Los periodistas del diario Clarín, Daniel Santoro, y del canal de noticias TN, Guillermo Lobo, fueron acusados por el FBI de ser espías rusos y colaborar para los servicios secretos de ese país, por lo que el Departamento de Estado de los EE.UU. decidió quitarles la visa de ingreso al país del norte.
Santoro es investigado por el FBI, pues segun los agentes americanos a mediados del año 2003, el ex Juez Federal Juan José Galeano le permitió al mencionado periodista, quien usaría el nombre de Satin como nombre clave, tener acceso al informe secreto de la causa AMIA que había sido presentado en su juzgado y sobre el cual debía guardar estrictas medidas de reserva. Según el mismo informe del FBI, Santoro y uno de sus colaboradores que actúa como su segundo en Clarin y tambien trabajaría para la inteligencia rusa, utilizando equipamiento especial suministrado por ese servicio de inteligencia procedió a digitalizar el documento en forma completa.
En el mes de agosto de 2003, Santoro y su colaborador viajaron a Europa para reunirse con sus superiores y entregarles el material, quienes, a su vez, y luego del encuentro, procedieron a hacerlo llegar a su destinatario final: el gobierno de IRAN, seriamente involucrado en el atentado a la mutual judía. En definitiva Santoro es investigado por los americanos por haberles entregado informacion sensible sobre la causa Amia a los iranies.
Por eso, el Departamento de Estado de los EE.UU. prohibió el ingreso a su territorio de Santoro, famoso por sus investigaciones y por haber recibido varios reconocimientos, entre ellos los premios Rey de España y María Moors Cabot de la Universidad de Columbia, limitando de esta manera la libertad de expresión.
La sospecha contra Santoro comenzó con una investigación. Iván Velázquez es un hacker prófugo que podría ser acusado de haber sido contratado por un servicio de inteligencia extranjero, el de Rusia más precisamente, para inmiscuirse en los correos electrónicos de diplomáticos norteamericanos y otras personalidades cuyas comunicaciones privadas se hicieron públicas a través de Wikileaks.
El nexo con Velázquez habría sido un periodista del diario Clarín, que actuaría como informante de los servicios de inteligencia rusos. Algunas fuentes que no pudieron confirmar la información mencionaron el nombre del periodista Daniel Santoro, pero no hay nada sólido al respecto.
El caso Lobo
El periodista de TN Guillermo Lobo (cuyo alias era “El Halcón”) recibió el mismo trato que su colega pues los EE.UU. también le retiraron el permiso de ingresar al país luego de que fuera sometido apenas pisó suelo norteamericano, en agosto del 2010 a un extenso interrogatorio por parte de autoridades de ese país, ante la presunción de que su faceta laboral abarcaba algo más que el periodismo. Después de numerosas preguntas, parece ser que Lobo confesó ser lo que los norteamericanos sospechaban: un espía ruso.
Guillermo Lobo quien esta casado con Karin Mila, se recibió de locutor en el ISER en 1993, año en el que ingresó al staff de TN para dedicarse al análisis y tratamiento de temas científicos, muchas veces ligados a la salud.
En ese mismo año comenzó a conducir el programa 'TN Ciencia". Según la investigación del FBI, esa cercanía al ámbito científico favorecía el contacto de Lobo y "Valery", agente ruso quien en octubre de 1997 lo reclutó para trabajar como espía del servicio del SVR, por lo que ya lleva más de trece años en esa tarea. Esa continuidad en el tiempo derivó en el hecho de que sus 'contactos' rusos fueran cambiando, a "Valery" lo siguió "Alexander", y así sucesivamente hasta nuestros días en los que es "Sergey" quien le suministra los requerimientos de información, y a su vez recibe el producido de su trabajo y le abona el correspondiente sueldo, gratificación que el periodista seguramente no declara ante la AFIP.
En el mes de abril de 2005, Lobo viajó con su familia a España. En territorio español, agentes de la Federación Rusa le entregaron un pasaporte español con otra identidad, documentación que fuera utilizada con el fin de viajar con destino a Moscú. En esa ciudad fue donde el especialista en periodismo científico recibió un curso intensivo de capacitación de inteligencia. Al término de este aprendizaje regresó a Madrid –siempre con pasaporte español-, para reunirse con su hija y volar - ya con identidad propia- a Buenos Aires.
Lamentablemente para Lobo y Santoro la Justicia argentina no prevee la conmutación de penas o el intercambio de espías como modo de evadir el cumplimiento de las condenas. Si el FBI y el Departamento de Estado tuvieron razón al sacarles la visa y restringirles el derecho a trabajar como periodistas en ese pais, a Lobo y Santoro no les espera el incondicional apoyo de sus colegas por este acto de ataque a la libertad de expresión sino el más amargo tránsito por los tribunales argentinos.
Fuente: Infonews
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