domingo, 13 de mayo de 2012

Macri no sabe, no quiere y no puede gobernar

La falta de predisposición para enfrentar los problemas que aquejan a la Ciudad sólo resulta explicable por su incapacidad para gobernar y por sólo repetir de memoria el manual de Duran Barba.



Que Mauricio Macri no sabe, no quiere y no puede gobernar, ya no hay quien lo dude.

Después de las escuchas ilegales, las bicisendas y la escandalosa tercera vereda para la recolección de residuos, la inauguración de un metro bus –que no es otra cosa que un carril exclusivo para colectivos–, el aumento desmesurado del ABL, del boleto del subte que aceptó y luego intentó devolver, las deudas que contrajo para la Ciudad –y legó a los ciudadanos de la Capital–, sin planes concretos, sin educación ni salud adecuada, Macri ,como si fuera el protagonista de una película surrealista, es capaz de decir que la presidenta quiere fundir a la Ciudad.

Señor jefe de gobierno: es usted quien nos funde todos los días con sus políticas neoliberales. Más aun, teniendo en sus filas a Adrián Menem, ex diputado y acusado de haber votado desde el recinto, junto a otros 72, el jury al camarista Alfredo Barbarosch.

Luego de enumerar una cantidad de “sometimientos” y “discriminaciones” por parte del gobierno nacional, el líder de PRO lanzó: “Queda claro que la presidenta quiere fundir a la Ciudad de Buenos Aires.” Y agregó: “Quieren quitarnos la independencia.”

Así, en una conferencia de prensa, Macri alertó sobre la posibilidad de un “paro por tiempo indeterminado” en el subte si es que Nación no se hace cargo del servicio. “Ellos son los responsables de la gestión de los subtes. No extrañaría que quieran un paro por tiempo indeterminado”, dijo, en referencia a los reclamos gremiales de los trabajadores del subterráneo. “Esperemos que la Nación reaccione”, añadió.

Lo que no deja de llamarme poderosamente la atención es que Macri siga argumentando que quiere para la Ciudad mayor autonomía, cuando cada vez que el gobierno le entrega la autonomía que la Ciudad solicita, el jefe de gobierno rompe unilateralmente los tratados firmados.

Con respecto a la iniciativa del kirchnerismo bonaerense de evitar que la basura porteña ingrese a la provincia de Buenos Aires, Macri dijo que “las agresiones tienen que tener un límite. Vivimos en la Argentina y tenemos un área metropolitana. Una parte importante de la basura la genera la gente que ingresa todos los días para trabajar en la Ciudad.” Y agregó: “No hacemos división en la General Paz. Resolvemos los problemas de ciudadanos que necesitan vivir mejor.”

Luego de que la presidenta explicara públicamente que la Ciudad debe pagar por los residuos que entierra en suelo bonaerense, el kirchnerismo de la provincia jugó otra carta fuerte: los legisladores oficialistas presentaron un proyecto de ley para prohibir la transferencia de residuos desde otros distritos a Buenos Aires. Actitud que celebro con salud, ya que sería descabellado pensar que la basura de un municipio de Santa Fe termine enterrándose dentro de la provincia de Buenos Aires.

La falta de predisposición de Macri para enfrentar los problemas reales y concretos que aquejan a la Ciudad sólo resulta explicable por su incapacidad para gobernar y por sólo repetir de memoria el manual de Duran Barba como un chico en el colegio. El tema es que Macri no es un chico y que no estamos en el colegio. Su única capacidad concreta es la voluntad de victimización, a lo que se suma su profunda falta de sentido solidario, al mejor estilo de un Newman Boy.

Cada vez que surge una dificultad en la gestión, el jefe de gobierno encuentra un culpable y un perseguidor. Pero jamás reconoce un error. Sería bueno resaltar que asumir los errores no sólo nos vuelve más grandes, sino mejores gobernantes.
Si Mauricio Macri no se pone a trabajar seriamente, a partir de junio los porteños tendremos que gastar más. Y precisamente para eso, Macri está mandado a hacer. Le encanta aumentar las tarifas, beneficiar a los amigos vendiendo terrenos de la Ciudad y desarrollar nuevos barrios lujosos. No se preocupa ni se ocupa de la gente más humilde.

En la Ciudad se debe aplicar la ley de Basura Cero. Se deben construir plantas de tratamiento de residuos, como las que ya existen en muchas ciudades de Latinoamérica.
Cabe recordar que del presupuesto porteño, dos terceras partes provienen de subsidios dados por el gobierno nacional. Si Macri y el PRO quieren tener autonomía sería bueno que pase más tiempo en la ciudad que gobierna, que trabaje y se ponga la ciudad al hombro y deje de endilgarle responsabilidades y empiece a hacerse cargo. Por algo vivimos en un país en democracia. Nos gobiernan quienes fueron electos por el voto popular. Como ciudadano de esta Capital, le pido al ingeniero Macri que por una vez en su vida cumpla con algo de lo que dijo y se ponga a gobernar.

El diputado nacional y ex intendente de Morón, Martín Sabbatella, se metió en las discusiones que mantienen el gobierno porteño y el nacional por las paritarias en los subtes y cuestionó al jefe de la Ciudad Mauricio Macri: “Mientras se llena la boca hablando del diálogo, se niega a participar de las reuniones en el Ministerio de Trabajo para acordar las paritarias con los trabajadores del subterráneo. Está ensañado en enfrentar al gobierno nacional y su capricho termina afectando a los pasajeros y los trabajadores.” El jefe de Nuevo Encuentro respaldó la decisión del ministro Carlos Tomada de dar intervención a la fuerza pública, como lo establece la ley. “Sería bueno que Macri disimule el desprecio que siente por quienes trabajan en el subte y por los usuarios, y se haga cargo de las responsabilidades que le corresponden. Si el gobierno de la Ciudad concurriera voluntariamente a las reuniones en el Ministerio de Trabajo, no se habría llegado a esta situación”, prosiguió el bonaerense. Por último, afirmó: “Macri tiene que entender que gobernar es mucho más que hacer conferencias de prensa de vez en cuando; tiene que pensar el desarrollo estratégico de la Ciudad, enfrentar dificultades y solucionar problemas todos los días. Pareciera que Macri sólo va a ir a trabajar cuando su asesor Duran Barba se lo aconseje.”

Por Matías Garfunkel.

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