La coalición izquierdista Syriza, liderada por Alexis Tsipras, ganó las elecciones generales en Grecia con el 36,24% de los votos, que le permitirá poner fin al ajuste impulsado por la Unión Europea y el FMI.
Con casi un 84% escrutado, Nueva Democracia, la fuerza conservadora del primer ministro saliente, Antonis Samaras, quedó segundo con un apoyo de un 27,93%, según los datos oficiales publicados.
En tercer lugar, en tanto, quedaron los neonazis de Amanecer Dorado con un 6,32% de los votos, seguido de cerca por los centristas de To Potami (El Río), con un 5,99%. Estos últimos se mostraron dispuestos en la campaña a formar alianza con Syriza.
A continuación les siguen los comunistas del KKE, con un apoyo del 5,46%, y el hasta ahora aliado del gobierno conservador, el PASOK socialdemócrata del viceprimer ministro Evángelos Venizelos, con un caudal electoral del 4,71%, idéntico al de los Griegos Independientes, referentes de la derecha nacionalista.
Tras demorar su discurso triunfal a la espera de la confirmación definitiva del número de bancas de que dispondría Syriza, Tsipras habló finalmente ante una impaciente multitud de estudiantes y militantes de izquierda que colmaba la plaza de la estación de subte Panepistimio, frente a la Biblioteca Nacional y la Universidad de Atenas.
Tsipras declaró que Grecia "deja la austeridad tras cinco años de humillación" porque "el pueblo le ha dado un mandato claro" de relegar al pasado a la troika de acreedores.
El líder de la formación ganadora en las elecciones se declaró consciente de no disfrutar de un cheque en blanco sino de un mandato popular para "reorganizar el país" y aseguró que formará un gobierno "para todos los griegos".
"Antes de todo, el pueblo debe recobrar su dignidad, el optimismo, la sonrisa ... ese es el mensaje primordial", añadió.
Reiteró así sus declaraciones al momento de emitir su voto: "Es un día para la vuelta de la esperanza, el fin del miedo, la vuelta de la democracia y la dignidad en nuestro país".
Ahora, pese a afirmar que en la elección no hubo "vencedores ni vencidos", señaló que "la Grecia del trabajo, del conocimiento y de la cultura que lucha y tiene esperanza" había superado a la de "los oligarcas y de los corruptos".
Agregó que su victoria es también "la de todos los pueblos de Europa que luchan contra la austeridad que destroza nuestro futuro común", indicó la agencia de noticias EFE.
El nuevo gobierno, aclaró, "desmentirá a todos los que ven destrucción. No habrá desastre ni sumisión. Nuestro objetivo desde el primer día es restablecernos de las consecuencias de la crisis".
Para ello, "negociará con nuestros socios europeos" un plan de reformas "sin nuevos déficit pero sin un superávit irrealizable".
Por su parte, Samaras reconoció su derrota pero destacó que "a pesar de la medidas dolorosas que tuvimos", su partido sólo perdió dos puntos porcentuales con respecto a la elección general anterior, en 2012.
Desde ese comicio, el partido que más perdió apoyo fueron los socialdemócratas del PASOK, la fuerza que gobernó el país ininterrumpidamente desde la posguerra hasta el inicio de la crisis económica hace cinco años y que se alió a los conservadores de Samaras en los últimos años para imponer el ajuste impulsado por la Unión Europea y el FMI.
Evangelos Venizelos, el líder del PASOK, que quedó sexto en los comicios, felicitó a Tsipras hoy por su victoria, pero le advirtió que "la actual situación griega necesita de mayorías más amplias".
El líder socialdemócrata responsabilizó al ex primer ministro Yorgos Papandreu por el debacle sufrido por la fuerza . Según dijo, el veterano dirigente "provocó una escisión por razones personales", al crear su propio partido a pocas semanas de las elecciones anticipadas de este domingo.
En tanto, el el líder de la fuerza neonazi Amanecer Dorado, Nikos Mijaloliakos, celebró el tercer lugar desde la cárcel, donde la mayoría de la cúpula se encuentra hace más de un año. Pese a las detenciones y a que casi no hicieron campaña, la fuerza no perdió el apoyo de sus simpatizantes.
"Se trata de una victoria considerable si tenemos en cuenta que no recibimos un tratamiento democrático y en igualdad", dijo Mijaloliakos en un mensaje grabado en la cárcel, donde se encuentra en prisión preventiva por presuntas actividades criminales, junto a otros seis diputados del partido.
Mientras se espera saber si Syriza necesitara socios para gobernar, el diputado de la fuerza Dmitri Stratoulis, adelantó que "cualquier partido que se ubique detrás de ellos serán aceptado". "Pero seremos nosotros los que dirigiremos y ellos tendrán que seguirnos", agregó.
Cuando falta escrutar un 15% de los votos, la gran incógnita sigue siendo saber si Syriza conseguirá una mayoría absoluta en el próximo Parlamento, que le permita gobernar solo y, por ende, no tener que hacer compromisos a la hora de cumplir con su principal promesa de campaña y poner fin al ajuste impuesto desde la UE y el FMI.
Más allá del porcentaje exacto que saque la fuerza izquierdista de Tsipras, la cantidad de bancas estará determinada por el número de partidos políticos que no alcancen el umbral del 3% y se queden afuera del Parlamento.
Cuantos más partidos se queden afuera, más bancas serán distribuidas entre las fuerzas que sí entraron y, en consecuencia, la izquierda necesitará menos puntos porcentuales para alcanzar una mayoría absoluta de escaños.
Entre los que quedaron cerca del umbral del 3% se destaca el recién creado partido socialdemócrata Movimiento de Socialistas Democráticos, fundado por el ex líder del PASOK y ex primer ministro, Yorgos Papandreu, con un 2,45% de los votos.
La divulgación de los resultados oficiales, y la indefinición hasta último momento del caudal final de bancas de Syriza no hicieron más que aumentar el clima de expectativa que reinó durante toda la jornada en Grecia y empujaron a cientos de personas a ir a la sede partidaria de Syriza a comenzar con lo que promete ser un largo festejo.
Luego del estallido de la crisis de deuda soberana del país, en 2009, los préstamos externos permitieron a Grecia evitar un default y mantuvieron a salvo a los grandes tenedores de sus bonos, especialmente bancos alemanes, pero a cambio de duros programas de austeridad resentidos por la población.
Tras más de cinco años de políticas de ajuste que hundieron a gran parte del país en el desempleo y la pobreza, la oposición de Syriza a los "rescates" de la troika le valieron el primer lugar de todas las encuestas a menos de tres semanas de las elecciones.
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