El diputado nacional y referente de La Cámpora manifestó que "tiene ganas" de competir por la jefatura de Gobierno de la Ciudad, aunque supeditó su candidatura a la estrategia que defina el FpV. Concede aciertos al PRO, pero advierte sobre los déficits de infraestructura. Y aboga por impulsar los “derechos urbanos”.
Juan Cabandié pasa sus últimos días de vacaciones en Mar Azul junto a su mujer y sus dos pequeños hijos. Antes de comenzar un año que promete ser intenso, se relaja en la playa y sueña con ser el candidato a jefe de gobierno por el FPV. Asegura que le causa “gracia” escuchar que existió un acercamiento entre la Nación y la Ciudad y que la administración de Cristina Fernández tiene la “obligación” de tener buenas relaciones con los 2248 municipios del país. El ex jefe de bloque kirchnerista en la Legislatura prefiere cocinar en su casa o cenar entre amigos que comer afuera. En su valija cargó Economista Callejero, el libro póstumo de Iván Heyn, y Los cuatro Peronismos, de Alejandro Horowicz. “Si algo que tiene este proyecto político, que se ve con más claridad cada día, es su continuidad”, se esperanza.
–¿Cuál es a su juicio el mayor problema que tiene la Ciudad?
–La crisis habitacional. La padecen distintos sectores socioeconómicos, como los jóvenes que conformaron pareja y viven hacinados en la casa de sus padres. También los que alquilan y los altos precios les comen una parte importante de sus ingresos. Por supuesto, también lo sufren aquellos que viven en forma precaria en asentamientos o villas. Se trata de medio millón de personas. Tenemos el triste récord que, en 2013, uno de los planes anunciados por la Ciudad con bombos y platillos sólo dio siete créditos.
–¿Qué papel cumple el banco Ciudad en ese esquema?
–El Ciudad fijó como sujeto de crédito a grandes empresas. Durante 2014, mientras durante la primer parte del año el sector agropecuario se negaba a liquidar lo producido para evitar el ingreso de divisas al país, fue el Banco Ciudad quien financió su producción. Le prestó dinero a Cargill, Nidera, Monsanto, Dreyfus. Fue algo increíble. El PRO, con Adolfo Sturzenegger a la cabeza, alega que presta dinero a pymes, pero es falso. Por la cantidad de dinero que facturan, esas empresas no son ni pequeñas ni medianas. Otro de los problemas son las dificultades en insfraestructura urbana. Es algo que atañe a todos porque redunda en calidad de vida para los ciudadanos.
–¿Cuáles son?
–Hay que mejorar la infraestructura escolar, los hospitales y la descentralización en salud. Salvo en (Villa) Lugano, donde el PRO llama hospital a algo que no lo es, no hacen falta más hospitales.
–Al kirchnerismo le cuesta hacer pie en la Ciudad, ¿descubrieron la fórmula del éxito del PRO?
–La mitad de los ciudadanos utilizan la educación pública. Al sistema público de salud acude sólo un 18%, la mitad de la Ciudad tiene resueltas sus dificultades habitacionales. Aunque estos temas no interesan al ciudadano, deben ser nuestra línea de acción. Pero a eso tenemos que agregarle políticas que beneficien al conjunto: al que viaja en bondi, metrobús, subte o tren. O al que utilice el auto, más allá de que la política de desaltentar su uso me parezca acertada. Tenemos que repensar el espacio público.
–¿En qué está atrasada Buenos Aires?
–Los porteños y aquellos que trabajan o estudian en la ciudad necesitan viajar más rápido y más cómodos. Eso se resuelve con mayor infraestructura urbana. A eso yo llamo “Derechos urbanos”, no son los estructurales. Considero que, como FPV, podemos interpelar a la ciudadanía sobre derechos urbanos porque fuimos el gobierno que más hizo en derechos estructurales. A principios de siglo había otras tareas más urgentes para resolver, como llenar la olla de muchos sectores que habían caído en situación de pobreza, problemas de los jubilados, de la educación, del escandaloso endeudamiento que tenía el país. Hemos resuelto esos inconvientes y por eso hoy podemos hablar de derechos urbanos. Salud y Educación son nuestra bandera, pero debemos sumarle derechos urbanos: calidad de vida. Como viajar mejor, como ir a una plaza y que esté linda, porque el espacio público lo utilizan todos, especialmente los sectores que no tienen dinero para pagar un club.
–¿Quiere ser jefe de gobierno?
–Tengo ganas, pero dentro del FPV aún no definimos quién será el candidato. Puedo ser yo u otro.
–¿Cómo será esa definición?
–Tenemos que discutirlo entre los compañeros del FPV y llevarle alternativas a la presidenta.
–En el plano nacional, el FPV tiene varios aspirantes a la Presidencia. ¿La Cámpora puede sumar un candidato a esa lista?
–No, ya lo dijo “Wado” de Pedro. Nuestro protagonismo en ese tipo de discusiones empieza en 2019.
–¿La agrupación tiene un postulante predilecto?
–Cuando esté definido el candidato todo el FPV irá detrás de él. La Cámpora hará lo mismo.
Fuente: Nicolás Eisler - Infonews
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