En su discurso ante el Parlamento, la Presidenta insistió sobre la democratización de la Justicia y la reforma del Consejo de la Magistratura, una de cuyas partes fue dictada inconstitucional por la Corte Suprema. "Un poquito de control popular no le viene mal a nadie” dijo la mandataria.
"Sigo creyendo que era un excelente proyecto: no puede ser que todos los poderes seamos controlados, y haya un poder al que nadie controle".
La Presidenta aseguró que "un juez no puede ser opositor, tampoco oficialista. Un poquito de control popular no lo viene mal a nadie. No pudo ser, alguna vez será". Y pidió "a los miembros del Consejo de la Magistratura, que pongan lo mejor de sí, para que funcione: en designación de jueces, de fiscales; y también en que los jueces que no funcionan no tengan esas actitudes. No se puede tener actitudes corporativas".
Aseguró que los jueces "tienen muy buen presupuesto, ganan los mejores sueldos, siguen sin pagar Ganancias". Resaltó que por ello "necesitamos una mejor Justicia".
La Jefa de Estado consideró que "salvo honrosas excepciones, no encontrás un fiscal o un juez, a las 3 de la mañana". Indicó que en una conversación con el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, coincidieron que en la toma de Villa Lugano "si el fiscal hubiera estado en el momento indicado, había 10 o 12 personas. Hubiera sido posible el desalojo, sin ningún desastre". "Necesitamos una justicia ágil, que cuando la llame el poder político, venga y disponga y haga lo que tenga que hacer", aseguró.
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