Mes tras mes, el Gobierno promete bajar la inflación, pero nada de ello ocurre. Es que semejante promesa oficial parece hacerse en el vacío, parece contrariar todas las variables que se tienen en cuenta para medir la inflación.
Es la propia gestión de Mauricio Macri la que provoca que los guarismos inflacionarios, lejos de bajar, se mantengan e incluso suban, como anticipan que ocurrirá en julio.
El aumento de los combustibles, los nuevos tarifazos en gas y luz y la suba de los cigarrillos, entre otros, son los factores que más empujan al efecto inflacionario. Y fue el Gobierno Nacional el que los impulsa.
Así, las consultoras calculan que la inflación de julio estará cerca del 2 por ciento, lejos del 1,4 que marcó el índice del mes pasado para Capital y GBA, según informó el Indec.
Fausto Spotorno, director de la consultora Orlando J. Ferreres y Asociados, señaló que los incrementos ya anunciados se llevan más de la mitad del índice de inflación de julio, a lo que hay que sumarle el resto de los artículos que componen las canastas de las familias.
La directora del estudio Bein y Asociados, Marina Dal Poggetto, opinó que "julio es un mes estacionalmente alto porque el turismo pega hacia arriba", al cual se le suma en parte el corrimiento del tipo de cambio. Tras la última disparada, el dólar parece haber encontrado un piso no menor a 17 pesos.
Días atrás, el índice que elabora la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) advertía que "la inflación del mes de julio va a tener una aceleración" y su pronóstico coincidía con las estimaciones cercanas al 2 por ciento.
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