En un escenario difícil es necesario ejercer las responsabilidades, no a la bartola sino con la batuta del pueblo, dijo Cristina, y pidió que jamás vean en mi a una enemiga o adversaria: soy la presidenta de 40 millones de argentinos. Cuestionó al "rejunte de gente para ganar una elección".
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó esta noche el acto central de celebración de los 200 años de la fundación de la ciudad de Paraná, en un multitudinario acto junto al río del mismo nombre, acompañada por el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri.
También participaron en el acto, donde se firmaron diversos convenios para asistir a productores y pobladores de esa provincia, la intendenta de Paraná, Blanca Osuni, y el gobernador de Santa Fe,Antonio Bonfatti, además de miembros del gabinete nacional.
Cristina Kirchner agradeció a Urribarri por su “lealtad” en momentos “difíciles”.
Sostuvo que se debe saber que “quien está en la Casa Rosada decide en nombre del pueblo, las ideas y el programa por el cual lo votaron”.
Se debe saber también, agregó, que “cuando uno es legislador acompaña un proyecto de país, y no es simplemente un rejunte de gente para ganar la elección; la elección es un día, pero gobernar, se gobierna los 365 días del año”.
Por ello, sostuvo, “necesitamos hombres y mujeres en nuestras Cámaras que comprendan las dificultades de un mundo cada vez más complejo y por qué no decirlo, cada vez más hostil”.
También mencionó situaciones complejas que ahora “pasan un poco más cerca, con nuestros amigos” y por ello afirmó que “es necesario ejercer las responsabilidades institucionales no a la bartola, siguiendo la música y la partitura que ponen las corporaciones de los medios hegemónicos, sino con la batuta del pueblo, que es el que nunca se equivoca”.
Consideró que “no se puede estar” en contra de “una ley que permita la pluralidad y diversidad de voces e imágenes y la libertad de prensa, como no se puede no estar de acuerdo en que la gente vote para que elija los órganos políticos que conducen el Poder Judicial de la Nación y nos permita tener una justicia más justa, transparente y legítima”.
Asimismo señaló que “no se puede no estar de acuerdo en que tenemos que defender nuestras reservas y nuestras divisas para que nuestra industria pueda seguir importando insumos básicos y seguir industrializando el país”.
La Presidenta indicó que “hoy, nuevamente un mundo difícil exige que luchemos muy fuerte, muy unidos”, y afirmó que “estoy absolutamente convencida de que la inmensa mayoría de los argentinos saben que peleados o desunidos no llegamos a ninguna parte”.
Pidió “a cada argentino que se acuerde de cómo estábamos antes del 2003, cómo estaban en su empresa, en su comercio, en sus campos, a lo mejor con una bandera de remate del Banco de la Nación y un piquete para impedir que remataran los campos”.
Afirmó que “siento que tenemos por delante un porvenir venturoso si somos capaces de superar nuestros prejuicios, si somos capaces, sin perder nuestra identidad, nuestra pertenencia histórica, política o partidaria” de poner “ los intereses de la Nación y los intereses del Pueblo, que es lo mismo”.
Advirtió que “debemos estar atentos porque siempre hay intereses que van a intentar dividirnos, que no van a querer una América del Sur unida, con gobiernos democráticos, populares, nacionales”.
Agradeció “a cada entrerriano que estuvo junto a nosotros en los momentos difíciles” y pidió “a los que no estuvieron o no están de acuerdo, de corazón, que en mí jamás vean a una enemiga o adversaria, porque soy la presidenta de 40 millones de argentinos y tengo más de lo que nunca me había imaginado”.
Concluyó su discurso diciendo “a todos los que me quieren y me votaron y a los que no, que estoy eternamente agradecida a todos los argentinos por todo lo que me han dado” e hizo una invitación a que “ejerzamos más la virtud y la calidad del afecto y la confraternidad entre los argentinos, pues es mucho más fácil querer que odiar, y además te sienta mejor querer que odiar”.
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