Unos 61,8 millones de alemanes se encuentran habilitados para votar, y se estima que el abstencionismo podría superar el 25%, ya que el sufragio no es obligatorio.
Los comicios cerrarán a las 18 (13 de Argentina) e inmediatamente las cadenas de televisión publica ZDF y ARD darán a conocer encuestas de boca de urna.
No obstante, en virtud de los cambios introducidos en el particular sistema alemán este año, el reparto de escaños que se conozca esta noche podría ser aleatorio.
A las 20.15, los dos candidatos se presentarán para ser entrevistados en los mismos canales de televisión.
Con los ojos de Europa puestos en su país, los alemanes elegirán hoy a 599 diputados (el número puede variar debido al particular sistema electoral), quienes conformarán la 18va legislatura del Bundestag (Camara Baja).
En los comicios, donde el 51,5% de los electores son mujeres, se mezcla el sistema mayoritario y el proporcional.
Cada elector dispone de dos votos. El primero sirve para elegir un candidato mediante el sistema mayoritario en circunscripciones definidas. De esta forma se elegirán 299 diputados.
El segundo voto permite escoger una lista electoral completa, que según un sistema proporcional determinará a los restantes 300 diputados.
Luego de que los partidos negocien cómo se conformará la coalición gobernante, se realizará la votación para designar por mayoría absoluta al canciller por los próximos cuatro años.
Tras ocho años al frente de la principal economía europea y a pesar del claro favoritismo, la conservadora Merkel pretende ser reelecta con la misma coalición se enfrenta a un escrutinio incierto por la caída de sus aliados liberales (FDP).
Por su parte, el principal partido de la oposición, el Socialdemócrata (SPD) del candidato Peer Steiubruck, difícilmente logre arrebatarle el poder a la que es considerada la mujer más poderosa del mundo.
Los socialdemócratas, que en un principio rechazaron formar coalición con los conservadores, podrían desdecirse y volver a integrar el gobierno junto a Merkel, como lo hicieron entre 2005 y 2009, un escenario preferido por la mayoría de los alemanes (58%).
Este escenario también es deseado por los socios europeos de Alemania, dado que el consenso entre las principales fuerzas políticas del país fortalecería al gobierno entrante.
No obstante, en la práctica, habitualmente genera trabas en el desarrollo político.
En una campaña electoral aburrida y sin un verdadero debate de fondo, y donde la situación económica europea fue marginada del debate, los candidatos llevaron a cabo actos el sábado, ya que no existe veda electoral.
Mientras Merkel realizó dos actos (completó 56 en 40 días), en Berlín y en Stralsund, Steinbruck cerró su campaña en Frankfurt.
“Personalmente les pido a los alemanes que me den un mandato fuerte para que pueda seguir trabajando por cuatro años más para una Alemania fuerte que represente sus intereses en el mundo”, aseguró Merkel, de 59 años, esta mañana en la sala de boxeo Tempodrom de Berlín ante 3.000 seguidores que la aclamaron con carteles con el diminutivo Angie.
Durante la campaña, Merkel hizo hincapié en su campaña en la política social alemana y sus medidas contra el desempleo, y por primera vez centró su discurso en su personalidad.
De su lado, el líder socialdemócrata -ministro de Economía del primer gobierno de Merkel entre 2005-2009- realizó una campaña repleta de pasos en falso y nunca logró convencer de su capacidad a los alemanes.
El SPD, que perdió 10 millones de votos en la elección precedente (2009), no puede recuperar la fortaleza de antaño luego de que el también socialdemócrata Gerard Schroder realizara unas profundas reformas sociales entre 2000 y 2003.
Una encuesta dada a conocer ayer por el semanario Bild am Sonntag acredita a Merkel -junto a sus aliados de la Unión Cristiana y Social (CSU)- con el 39% de los votos.
La novedad de este sondeo, es el leve repunte del tercer partido que conforma la coalición gubernamental: los liberales del FDP que treparon al 6%.
El límite para ingresar al Bundestag (Camara Baja) es del 5% y de no ingresar, se quedarían fuera del gobierno y obligarían a los conservadores a pactar con los socialdemócratas.
Justamente, los socialdemócratas obtendrían el 26%, mientras que el sorprendente Die Linke (La Izquierda) y los ecologistas Los Verdes, un 9% cada uno.
De esta forma, la coalición gubernamental CDU/CSU/FDP alcanza el 45% contra el 44% de los partidos de centro izquierda e izquierda SPD/Los Verdes/Die Linke.
Una eventual gran coalición entre socialdemócratas, Verdes y Die Linke fue descartada por los propios interesados, quienes de esta forma abortaron la posibilidad de que por primera vez en la historia Alemania sea dirigida por un gobierno de izquierda.
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