domingo, 24 de abril de 2011

Cristina Caamaño: “Muchos de los problemas que tenemos son por la falta de controles a la policía”. Como construir una seguridad democrática.


Construir una seguridad democrática: ese es el difícil norte que tiene por delante Nilda Garré y todo su equipo del Ministerio de Seguridad, desde que asumieron a fines del año pasado.

El nombramiento de Cristina Caamaño, la ex fiscal que llevó adelante la investigación por el crimen del militante del PO Mariano Ferreyra, al frente de la Secretaría de Seguridad –en los hechos es la número dos del área– es una muestra del cambio de paradigma de esta nueva etapa.

Caamaño señaló por radio que no conocía a Garré y que la ministra la llamó por sus antecedentes, sin importarle su historia política.

El dato no es menor, por la responsabilidad del cargo: Caamaño es la responsable del control directo de la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

Caamaño estaba al frente de la Fiscalía de Instrucción 4 y dependía del procurador general de la Nación, Esteban Righi.

Caamaño relató: “La ministra Garré tiene una enorme fortaleza, tiene una capacidad de laburo infernal, la tiene súper clara, sabe perfectamente a dónde apunta. Para mí es re valioso poder acompañarla. La conocí el lunes 13 de diciembre y asumimos dos días después. Ella me llamó a mi celular y me dijo si podía ir al Ministerio de Defensa. Yo estaba trabajando en la fiscalía y no entendí muy bien. Entonces lo llamé al Procurador, Esteban Righi, y le pregunté: ‘¿Vos le diste mi celular a la doctora Garré?’ Me respondió: ‘Sí, me llamó, no sé qué querrá pero vos andá y avisame’. Estuve tres horas y media en el despacho con ella. El sábado 11 había sido el anuncio de la Presidenta nombrándola en el Ministerio de Seguridad. Nilda me dijo si yo la quería acompañar. Lo primero que le dije fue que no, que estaba equivocada, que se había equivocado de persona, que yo era fiscal, que hacía 20 años que estaba en la Justicia, que no era de su palo, que tenía la causa de Mariano Ferreyra y que para mí eso era un compromiso ético muy importante. Y que además iban a pensar que el Gobierno me estaba ascendiendo para sacarme la causa. Ella me dijo que lo pensara”. Y concluyó: “Lo consulté realmente con cuatro personas y los cuatro me dijeron ‘tenés que agarrar, no podes decir que no’. El primero fue Pablo Ferreyra, hermano de Mariano. Después le pregunté a Righi, a (Raúl) Zaffaroni y a un ex radical. Porque yo le había dicho a la ministra: ‘Vengo de otro palo, había estado trabajando y militando con Raúl Alfonsín’. Cuando yo estaba por darle la respuesta de asumir este compromiso, Nilda me llamó y me dijo: ‘La Presidenta está muy contenta con que me acompañes’”.

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