El año último los argentinos consumieron, en promedio, 40,1 litros de leche líquida, el número más bajo desde los años 2002 y 2003. Los estudios sobre el tema señalan a la inflación y a la recesión económica como las principales causas de la baja del consumo doméstico.
Según datos oficiales de la Subsecretaría de Lechería del Ministerio de Agroindustria de la Nación, en 2016 los argentinos consumieron, en promedio, 40,1 litros de leche fluida (es decir, en estado líquido). Esta cifra es la más baja desde los años 2002 y 2003 (cuando se consumieron 37,8 y 37,3 litros, respectivamente) y la caída del 9% con respecto a 2015 es la más fuerte desde 2002 (cuando cayó un 14% frente a 2001).
La caída en la compra de leche fluida se debió a una caída en el consumo de leche pasteurizada (la leche en sachet que necesita refrigeración) que bajó un 20% con respecto al 2015, y de leche chocolatada que cayó un 8%.
Otro informe de coyuntura del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), organismo público y privado dependiente de la Subsecretaría de Lechería, afirma que “los efectos recesivos del proceso inflacionario ocurrido durante prácticamente todo el año 2016 afectaron fuertemente el consumo doméstico y es altamente probable que ello no se revierta en el corto plazo”. Esta fuente fue la recomendada por el área de Prensa del Ministerio de Agroindustria cuando fue consultado por datos oficiales.
Según explicó Eduardo Comerón, coordinador de investigación en lechería del Instituto Nacional de Tecnología Aplicada (INTA), “el consumo de leche y lácteos está muy atado al poder adquisitivo de la gente”. En 2016, según el Centro CIFRA, el salario de los trabajadores registrados cayó un 6 por ciento.
Fuente: Chequeado
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