A dos años de la primera marcha contra la violencia machista, la consigna "Ni una menos" volvió a convocar a cientos de miles de personas que se movilizaron en las plazas de todo el país.
El mismo hombre (Mauricio Macri) que había afirmado que a las mujeres les gusta que les digan “qué lindo culo tenés”, desguazó los programas territoriales de prevención de violencia de género, cerró centros de asistencia a las víctimas y recortó el presupuesto del área.
Pero además, a la situación de desventaja de las mujeres en el mercado laboral -la mayoría trabajan en la informalidad y cobran menor salario por igual tarea que un hombre-, se le sumaron las feroces políticas de ajuste que deterioraron nuestro poder adquisitivo y condicionaron, particularmente, la independencia económica de las víctimas y su posibilidad de decir basta.
En este marco, y quedando claro de que el patriarcado no es nada más y nada menos que la otra cara del neoliberalismo y la desigualdad social, la consigna "Ni una menos" volvió a convocar a cientos de miles de personas que se movilizaron en las plazas de todo el país y gritaron “Ni una menos”.
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