- Usted acompañó varias iniciativas de este gobierno, como la Ley de Medios ¿Cómo cree que quedará el kirchnerismo para la historia?
- No lo puedo saber. Creo que las cosas que han cambiado en estos diez años son muchas de manera que el papel que ocuparán en la historia será importante, depende de quién la escriba. En este mismo momento en que se están produciendo las circunstancias políticas hay distintas formas de describirlas: algunos lo hacen con desprecio y otros con mucho entusiasmo de manera que, como siempre en la Argentina, discreparán los historiadores.
- ¿Es una etapa superior al Peronismo? ¿Encuentra algún parangón?
-En el caso de Perón y Evita era al revés: el reflexivo era Perón y la pasional era Evita. Aquí Evita era Kirchner y Perón es Cristina. Digo, en esta cosa dramática.
- ¿Cree que Cristina ha sido más intransigente que Kirchner?
- No sé, quién soy yo para decidir cuál es el coeficiente de cada uno. En cualquier caso, flota en el aire la sensación de que Néstor Kirchner era un hombre más pasional y quizás menos reflexivo que ella. Entonces hay esa idea de que ella tiene, no sé si más inteligencia, pero toma las decisiones después de reflexionar mucho. En cambio, por ahí Kirchner se enojaba más. No es algo que comparta realmente pero flota en el aire esa sensación. Y por otra parte, a los efectos dramáticos de una historia siempre conviene que uno de los dos integrantes de la pareja encarne el aspecto pasional y el otro el aspecto reflexivo. En el caso de Perón y Evita era al revés: el reflexivo era Perón y la pasional era Evita. Aquí Evita era Kirchner y Perón es Cristina. Digo, en esta cosa dramática.
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