jueves, 9 de febrero de 2017

Gravísimo: detienen a joven que llevaba puesta su remera de La Cámpora y le aclaran que le hubieran “molido los huesos a palos” de haber sido “negrito”

En la localidad bonaerense de Ayacucho, la policía local a cargo del Intendente radical de Cambiemos, Pablo Zubiaurre, detuvo a un chico (Iván Di Sábatto) que llevaba puesta su remera de La Cámpora y se dirigía en su bicicleta a colaborar con las tareas que esa organización iba a desarrollar en un barrio para ayudar a familias afectadas por el temporal. Dentro del móvil policial identificado como RO 20958 dos de los tres efectivos policiales que iban a bordo insultaron, increparon y amenazaron con darle una golpiza a Iván, aclarándole que de haber sido “negrito” ya le hubieran “molido los huesos a palos”.

Otro hecho de violencia institucional contra militantes políticos ocurrió en un distrito de la provincia de Buenos Aires. En este caso se repiten dos factores: que fue un municipio gobernado por Cambiemos, y que es contra un joven de una organización política opositora. Es que el lunes por la tarde en la localidad bonaerense de Ayacucho, que encabeza el intendente macrista Pablo Zubiarre, el joven Iván Di Sábatto fue arrestado por pedirle a un policía que no usara su teléfono mientras manejaba.

El militante de La Cámpora (llevaba puesta su remera que así lo identificaba) se dirigía en su bicicleta a colaborar con las tareas que realizan en un barrio para ayudar a familias afectadas por el temporal.

"Ahora parece que andar con una remera de una organización política y decirle a un policía que no hable por celular mientras maneja es un delito", denunció el joven militante esta mañana en una conferencia de prensa, acompañado por un grupo de dirigentes.

Di Sábatto relató ante medios locales que "el lunes iba por avenida Solanet yendo al barrio El Embarcadero para ayudar a los vecinos que sufrieron las consecuencias del temporal con la remera de La Cámpora, cuando por la calle Yrigoyen pasé un patrullero policial que no tenía balizas ni patente y adentro el personal que lo manejaba iba hablando con su teléfono celular".

"Con la única mano que tenía libre, porque llevaba en la otra la pala y la escoba, le hice la seña de que no manejara con el teléfono porque era peligroso. A los pocos metros, el patrullero me detuvo, me preguntó prepotentemente qué me sucedía, si tenía algún problema a lo que le dije calmamente que dejara el celular al manejar ya que era una efectivo de Policía. Ante eso, me respondió que hacía lo que quería con el teléfono y que no molestara", explicó Di Sábatto.

Tras de eso, los requisitos policiales continuaron: "Después me pidió que me identifique, le di mi nombre y apellido y cuando me pidió la documentación, como no la tenía ya que iba a una jornada solidaria a trabajar en zanjas y cunetas, agarraron la bici, la escoba, la pala, me cargaron al patrullero y me llevaron al Hospital".

“En el camino (el oficial) me venía insultando y amenazando que me iba a dar una paliza si no me callaba y después del hospital me llevaron a la comisaría donde me siguió insultando y cuando me sentaron en una butaca, ante todo el personal policial, me gritó que si me hacía ‘el loquito’ me iba a poner los ganchos”, denunció el joven.

“(Después) me llevaron a la oficina de la oficial a cargo donde ya tenía redactado de lo que se me acusaba, de haber desafiado a la Policía, de haber sido yo el prepotente y que me había negado a identificarme, y nada de eso pasó. Lo único que hacía era ayudar con una pala y una escoba y pareciera que andar con una remera de una organización política era el delito. No pude llamar a mis familiares y me sacaron el teléfono", completó.

Di Sábatto detalló lo ocurrido en una conferencia de prensa en que, además, adelantó que se realizará la denuncia pertinente donde se darán a concer los nombres de los oficiales que participaron en el amedrentamiento. Por su parte, el diputado José “Cote” Rossi señaló que aún están "esperando que el Intendente (Pablo Zubiaurre) haga público su repudio”.

En ese sentido, precisó que se dirigirán hacia la gobernadora María Eugenia Vidal y al ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, para que intervengan: “No queremos pensar que hay una bajada de línea política que lo ocurrido en Ayacucho como en otros lados con situaciones parecidas y más graves, donde ha habido agresiones físicas. Queremos que separen del cargo a los oficiales que estamos denunciando como el Comisario tendrá que dar explicaciones”.

Estado de excepción

En efecto, detrás de los slogans dialoguistas o las fotos prefabricadas que acostumbran usar Mauricio Macri y María Eugenia Vidal hay una realidad diferente. Un “estado de excepción tácito” que pone de manifiesto la violencia institucional que ejerce un aparato represivo que perdura en democracia con accionares de la última dictadura cívico-militar.

Abusos de autoridad, unidades básicas baleadas, detenciones o demoras por portación de cara o por identidad política, represión violenta de protestas de trabajadores despedidos, de pueblos originarios, son situaciones cotidianas que sufre la ciudadanía desde el 10 de diciembre de 2015 y que se manifiesta también en las escuchas ilegales a Cristina Fernández de Kirchner, en la privación ilegítima de la libertad de Milagro Sala y en la persecución política de la verdadera oposición a la Alianza Cambiemos y su política neoliberal.


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