Mientras que los índices de pobreza e indigencia del país y de la provincia de Buenos Aires descendieron sensiblemente en el período 2003-2010, en territorio porteño, a contramano de la dinámica nacional y provincial, la pobreza y la indigencia aumentaron.
En este sentido, la Avenida Rivadavia se erige en una suerte de muro invisible que divide a la ciudad en dos, en un norte desarrollado y un sur empobrecido.
De las 22 villas que existen en territorio porteño, el 90% está en el sur, sin embargo no hay políticas públicas específicas para esa zona.
Al promediar la gestión PRO al frente del Ejecutivo porteño se conoció el alarmante incremento del aumento de la mortalidad infantil en la ciudad más rica del país.
En 2009, la Dirección General de Estadística y Censos porteña reveló que este índice había pasado de 7,3 por mil en 2008 a 8,3 por mil, mientras que el aumento era sensiblemente mayor en la zona sur, donde triplicó al conjunto de la Ciudad (creció tres puntos por mil).
Todo ello siempre en un contexto de crecimiento de la actividad económica en todo el país.
Ese año, la mayor cantidad de casos de mortalidad infantil, según las propias estadísticas del gobierno porteño, se reportó precisamente en los barrios de Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati. La segunda zona con más situaciones de ese tipo fue la abarcada por Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios, también en el sur.
Asimismo, en la Ciudad hay en la actualidad cerca de 500 mil personas con problemas de vivienda.
El 70% de los hogares con déficit habitacional están ubicados en la zona sur de la Ciudad.
El 11% de los porteños que vive en esta zona se encuentra bajo la línea de la pobreza.
La diferencia entre norte y sur es tajante. Mientras que en la Comuna 2, al norte de la Ciudad, sólo en el 3,9% de los hogares se verifica una situación de hacinamiento, en la Comuna 8, en el sur, esta situación afecta al 23,3% de los hogares.
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