Unos 3000 prefectos y gendarmes asumieron ayer tareas operativas de seguridad en las calles de los barrios del sur de la Ciudad de Buenos Aires.
La medida, bautizada Cinturón del Sur, implica duplicar la presencia de efectivos en esa zona y remplazar a los 1000 efectivos de la Policía Federal que cumplían esas tareas hasta ayer y que, ahora, se sumarán a otros patrullajes.
El anuncio lo hizo la ministra Nilda Garré, quien aprovechó para salirle al cruce al jefe del gobierno porteño. “Cada vez que nosotros avanzamos con proyectos en beneficio de la gente, Macri se queja”, dijo.
El operativo venía preparándose hacía meses y tiene un doble objetivo: por un lado, mayor presencia de efectivos en las calles del sur porteño; por el otro, rotar a los policías ante las sospechas de que podrían actuar en connivencia, por ejemplo, con bandas narcos.
“Puede ser favorable que a partir de ahora sea otra fuerza la que patrulle la zona en la que parece haber algunas organizaciones vinculadas a una distribución de droga importante”, reconoció Garré.
El operativo Cinturon del Sur se desplegará en los barrios porteños de La Boca, Barracas, Bajo Flores, Villa Soldati, Pompeya y Villa Lugano.
Los nuevos patrulladores se sumarán con camionetas, cuatriciclos y patrulleros recién adquiridos.
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