“La cosa sigue igual, no hay gas en el pabellón central, sólo en algunos servicios, la electricidad no resiste, si pones un radiador te explota todo, los pacientes no tienen agua con que bañarse, y los termotanques que pusieron son de recuperación lenta, osea que no alcanzan. Trajeron unas estufas que no calientan, unos termotanques de 35 litros re berretas, no se pueden bañar. Las soluciones macristas no sirvieron para nada, lo único que hacen es destruir más”.
La situación en el Borda sigue igual desde que reventaron los caños de gas el pasado 20 de abril. A pesar de la intervención y las soluciones que había prometido el jefe de gobierno, Mauricio Macri, la realidad del nosocomio empeora con el paso del tiempo y sólo se vislumbra la lenta agonía de un hospital que tiende a desaparecer.
Marcela De Marco, una licenciada en trabajo social que desarrolla su labor en el hospital todos los días, aseguró que “la cosa sigue igual, no hay gas en el pabellón central, sólo en algunos servicios, la electricidad no resiste, si pones un radiador te explota todo, los pacientes no tienen agua con que bañarse, y los termotanques que pusieron son de recuperación lenta, osea que no alcanzan”.
Como la ayuda que había prometido el gobierno no llegaba o era deficiente, los empleados del Borda decidieron realizar una campaña por su cuenta en Internet, a través de cadenas de mails, y redes sociales. “Trajeron unas estufas que no calientan, unos termotanques de 35 litros re berretas, no se pueden bañar. Las soluciones macristas no sirvieron para nada, lo único que hacen es destruir más”, aseguró De Marco.
Incluso, para recibir donaciones, los trabajadores del hospital llevaron a cabo dos recitales, uno en el Club Urquiza y otro en el mismo neuropsiquiátrico, en los cuales participaron Caramelo Santo, Javier Calamaro y Daniel Pereyra, entre otros. “Pudimos juntar cualquier cantidad de ropa gracias a la gente, porque los pacientes no tienen ropa para cambiarse”, expresó De Marco.
En cuanto a la higiene de los internos y la comida, el sistema no cambió a pesar de las deficiencias. “La comida sigue viniendo del Moyano, es incomible, un pegote inmundo y comen con la mano porque no tiene cubiertos. Se bañan cuando pueden con agua fría porque los termotanques no funcionan”, detalló la trabajadora social, quien aseguró “es un campo de concentración”.
La trabajadora remarcó que las condiciones de vida en el lugar “son infrahumanas” y que la ayuda no llega por parte del gobierno. “Sólo trajeron frazadas de verano, si los pacientes están vestidos es por la solidaridad de la gente porque del gobierno de Macri no hubo nada. Todo lo que mandan es de última”, señaló De Marco. “Me encantaría que el señor Mauricio pase un día viviendo como viven los pacientes del Borda, le deseo un sólo día en esas condiciones”, concluyó la trabajadora social.
Fuente: María Clara Arias para 24CON.
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