Así lo afirmó la periodista Cynthia García durante una entrevista que le realizó Guadalupe Rivero para el suplemento VIERNES de Ámbito.com.
V.: ¿Qué periodista le gusta del Grupo Clarín?
C. G.: Marcelo Zlotogwiazda me gusta mucho. Claudio Martínez, el productor de Palabras más, palabras menos, para mí hace uno de los programas más interesantes de TN. No tengo problemas en ver formatos del Grupo Clarín, el tema es qué respeto periodísticamente y qué no. El programa de Lanata me parece un buen show de periodismo de impacto, es muy inteligente en inventar la noticia y generar el impacto. Renunció al periodismo y está haciendo un gran programa de show político, le resulta eficaz y se lo reconozco.
V.: ¿Es negativo que sea un show político?
C.G.: Es negativo para el periodismo. Le reconozco la inteligencia en instalar la falacia y en generar el show de impacto, pero le desconozco el periodismo. Claramente ahí hay un déficit periodístico. Ésa es la línea editorial del Grupo Clarín: instalar falacias. Si analizás la renuncia periodística que hizo ese grupo por la presión política que ejerce y el dominio comunicacional que tiene, aun así podés reconocerle ciertas inteligencias. Por ejemplo, a mí me pareció inteligente, pero no respetable, que en los cacerolazos ellos no abrieran el micrófono en vivo, porque las opiniones eran irreproducibles; ése fue el valor agregado del móvil que yo hice en la marcha del 8N.
V.: ¿Son tensos los cruces en los pasillos de Radio
Continental?
C.G.: Sí, hay tensión en los pasillos de Radio
Continental, porque el programa de Víctor Hugo es diferente al resto de la
programación. También se vivió tensión cuando María O'Donnell casi se quedó sin
su espacio de 17 a 19, que al final se reconvirtió de horario. Nelson Castro
ahí, para mí, tuvo una actitud muy negativa, quería ocupar ese espacio sin
importarle si María se quedaba sin lugar.
V.: Usted trabaja con Víctor
Hugo desde antes de que él apoyara al Gobierno ¿Se podía disentir en aquella
época?
C.G.: Siempre, y aún ahora. En la mesa de Víctor Hugo hay
matices muy marcados. Lo interesante de Víctor Hugo es la libertad en el
ejercicio de la palabra; no sólo eso sino la búsqueda de la interpelación
permanente propia, asumir la propia interpelación sobre lo que uno hace todos
los días.
V.: ¿Nunca le resultó difícil trabajar con
él?
C.G.: Siempre me resultó difícil pero por el nivel de exigencia
que tiene. Hemos discutido y disentido bien, al principio no por una cuestión
ideológica sino por encontrar mi lugar en el grupo. La mañana con Víctor Hugo es
lo mejor que me pasó periodísticamente, es apasionante trabajar con él.
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